Trabajar con Google Classroom se ha convertido casi en una obligación en la actualidad para cualquier docente. Más aún después de la llegada del Covid-19, con la que las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), han representado un aliado perfecto para seguir desarrollando los procesos de enseñanza-aprendizaje en tiempos de pandemia.
Las TIC´s suponen una útil herramienta para dar nuevos enfoques a los procesos de aprendizaje, tal y como comentábamos en otros artículos de nuestra revista. La posibilidad de convertir estas tecnologías en elementos que potencien nuestro aprendizaje y conocimiento (TAC) o que nos empoderen para la participación (TEP), es un factor que debemos tener siempre en cuenta en nuestra acción educativa.
Sin embargo, como indicábamos en otro de nuestro artículos, conviene tener siempre una actitud crítica y de análisis respecto a las ventajas y los posibles peligros del uso de la tecnología en nuestras aulas, para evitar convertirnos en lo que Marcuse definiría como “un hombre [o mujer] unidimiensional”.
De esta forma, Classroom se presenta como una herramienta más para facilitar la conexión y el proceso de aprendizaje en nuestras aulas pero, ante la introducción de un nuevo elemento tecnológico siempre surgen interrogantes que toda educadora o educador debería hacerse:
¿Cómo y cuándo conviene utilizar esta herramienta?
¿Es la única posibilidad de trabajar las clases de forma online?
¿Es realmente gratis Google Classroom?
En base a estas preguntas, intentaremos navegar por el mundo de Google Classroom para desentrañar sus bondades y sus peligros.
¿Qué es Google Classroom y cómo comenzar a utilizarlo?
Aunque se trata de una plataforma lanzada en 2014 por Google, solo estaba disponible entonces para aquellos centros que tenían contratado Google Suite. Fue a partir de 2017, cuando Google facilitó que cualquier persona con cuenta de correo pudiese acceder a las ventajas de Classroom.
La plataforma es bastante intuitiva en su uso, y el hecho de que cada vez más personas tengan una cuenta de correo electrónico en Gmail facilita que, de alguna forma, el alumnado también se haya familiarizado con el uso del entorno de classroom.
Google Classroom, cuenta además con apps gratuitas disponibles tanto para dispositivos con sistema operativo Android como para aquellos que trabajan con sistema IOS.
El entorno de su interfaz, se organiza en torno al curso, aula o clase, creado por la profesora o profesor para facilitar el desarrollo de la asignatura correspondiente. A este “curso” deberá ingresar el alumnado, que podrá unirse a través de un enlace facilitado por el profesorado o por medio de código.
El proceso es bastante sencillo. Y una vez estemos dentro de Classroom tendremos acceso a los diferentes entornos de trabajo de Google. Para empezar, con solo crear y habilitar nuestro curso ya tendremos disponible una carpeta en drive con el mismo nombre de nuestro curso donde se irán alojando nuestros materiales.
Así, al margen de las funciones básicas y las extensiones vinculadas a los distintos servicios de Google, Classroom, nos permite invitar a otras profesoras y profesores a nuestra clase, para que el desarrollo de esta sea compartido; Programar actividades, es decir crear las actividades que se publicarán en una fecha y hora determinas; Calificar a nuestro alumnado en la propia plataforma; y por otro lado, nos permite hacer que las distintas tareas puedan ser enviadas para todo el grupo-clase o se envíen de forma individualizada .
Responsabilidad y educación sobre formación online
El impacto del Covid-19 y la necesidad de impartir las clases a través de internet sin duda han potenciado la capacidad e empresas como Google y Microsoft (Microsoft Teams) para facilitar el teletrabajo y para desarrollar modelos de formación online que aglutinaran la máxima cantidad de recursos formativos, al mismo tiempo que ponían a disposición de usuarias y usuarios utilidades de videollamadas y entornos de aprendizaje colaborativo.
El uso de Google Classroom, ha generado polémicas en relación al uso de una plataforma perteneciente a una gran multinacional y a la finalidad con la que se manejan los datos personales del alumnado. Este es uno de los aspectos que aún siguen generando debate entre el profesorado.
Sin duda, resulta bastante curioso que la edad mínima en la mayoría de países europeos, tal y como indica la propia compañía, para tener cuenta de Gmail sea de entre 14 y 16 años (En España 14 años) y, sin embargo se esté propiciando el uso de estos servicios a menores de esta edad en la actualidad.
En este sentido, la preocupación sobre la privacidad de nuestros datos y cómo estos son usados por las distintas compañías o cedidos a terceros es un tema de actualidad. Libros como los escritos por Marta Peirano y Cathy O´Neill, pueden ser de gran ayuda para conocer un poco más sobre que aspectos debemos vigilar en torno a la seguridad de nuestros datos y cómo son usados, a veces, como perpetuadores de un sistema social desigual.
En el mundo educativo este es un tema que educadoras y educadores deben abordar en torno a su práctica docente y la necesidad de que nuestro alumnado sea capaz de salvaguardar su seguridad al navegar por internet.
¿Existen alternativas para la formación online?
A pesar de que Google Classroom se haya convertido, casi por arte de magia, en nuestra primera opción para impartir clases online. No debemos olvidar que el desarrollo de aplicaciones y plataformas destinadas a este fin, no termina en los productos de esta multinacional.
De esta forma, no queremos cerrar este artículo sin hacer referencia a otras plataformas que van más allá de las posibilidades que nos brindan herramientas como Jitsi meet, Moodle y otras alternativas a Google Classroom; incluyendo todo un entorno de aprendizaje colaborativo que no tiene nada que envidiar, e incluso llega a superar las facilidades del entorno de aprendizaje de la gran multinacional. En este caso os recomendamos principalmente, Schoolgy y Edmodo.
Para comenzar, os presentamos Schoolgy, una plataforma de aprendizaje colaborativo en la que tendremos acceso a una gran cantidad de experiencias y prácticas facilitadas por otras profesionales del sector educativo. Además, Schoolgy nos permite entrar en contacto con educadoras y educadores de otros lugares, potenciando de esta forma el intercambio de información y aprendizaje.
Por otro lado, un factor muy positivo es la familiaridad de su entorno de aprendizaje con la estructura de redes sociales, algo que sin duda facilita la curva de aprendizaje por parte del alumnado. Al margen de esto, Schoolgy nos permite abrir blogs, foros de debate y mantener nuestras tareas guardadas en una carpeta que funciona de forma similar a Dropbox.
Edmodo, presenta al igual que Schoolgy una curva de aprendizaje bastante fácil debido a su familiaridad con la estructura que tienen las principales redes sociales que usan las y los jóvenes actualmente. Por otro lado, al igual que las otras plataformas nos permite usar distintas herramientas para compartir documentos, abrir debates. Además, con Edmodo podremos crear nuestros propios grupos de estudiantes, asignando distintas tareas.
Comparación entre las distintas plataformas
Estas son algunas de las alternativas a Google Classroom que podéis usar, pero sin duda existen multitud que os invitamos a explorar y conocer para terminar eligiendo aquella que os dé mayores garantías de construir experiencias de aprendizaje colaborativas y transformadoras.
Para finalizar, os dejamos una tabla comparativa de las distintas plataformas, que hemos traducido de la página My learning world:
|
Schoolgy |
Edmodo |
Google Classroom |
Libro de calificaciones |
SÍ |
SÍ |
NO |
Envío y recogida de tareas/trabajos online |
SÍ |
SÍ |
SÍ |
Cuestionarios automatizados |
SÍ |
SÍ |
SÍ |
Apps para móviles |
SÍ |
SÍ |
SÍ |
Herramientas colaboración entre el profesorado |
SÍ |
SÍ |
NO |
Posibilidad de crear distintos grupos |
NO |
SÍ |
NO |
Chats entre estudiantes |
NO |
NO |
NO |
Sincronización con docs |
SÍ |
SÍ |
SÍ |
Repositorio de recursos |
SÍ |
NO |
NO |
Autoasignación del alumnado |
SÍ |
SÍ |
SÍ |
Apps disponibles fuera de países de habla inglesa |
SÍ |
NO |
SÍ |