La adquisición del lenguaje es un proceso espontáneo, surge por imitación y sigue una serie secuencial de fases del desarrollo en la mayoría de los niños y niñas, aunque siempre puedan existir diferencias a nivel individual. El lenguaje es el principal medio de comunicación del ser humano, gracias a él podemos intercambiar ideas, información, sentimientos… es facilitador de las primeras interacciones sociales y favorece el aprendizaje en general.
El viaje del desarrollo del lenguaje se inicia desde los primeros días de vida del bebé y pasa por una serie de periodos clave. ¿Me acompañas a descubrir cuáles son?
Las fases del desarrollo del lenguaje
Podemos dividir estas en dos etapas principales que serían la anterior a desarrollar el lenguaje verbal propiamente dicho, y la etapa en la que hay comunicación verbal.
Etapa prelingüística
En primer lugar, tenemos la etapa prelingüística, esta etapa transcurre desde el momento del nacimiento hasta finales del primer año aproximadamente. Es una etapa clave, ya que en ella se afianza el inicio del lenguaje con las primeras interacciones y emisión de su primera o primeras palabras.
Pero antes de empezar a emitir palabras, los bebés llevan a cabo una variedad de conductas y actos tales como llanto, sonrisas, miradas y gestos que son la base del posterior desarrollo del lenguaje. Entre los dos y tres primeros meses emiten sonidos en respuesta a las comunicaciones del adulto, así como gestos, expresiones faciales y entonaciones que usan como efectos sonoros para experimentar e interactuar con su entorno.
Sobre el cuarto y quinto mes se inicia la fase de balbuceo, esta que empieza como una simple experimentación evoluciona en una asociación de vocales y consonantes hasta formar sílabas que repite constantemente.
A partir de los seis meses, ya existe una clara intención comunicativa haciendo uso de gestos, primero con la mirada y luego señalando. Hacia el final del primer año de vida, algunos niños y niñas, ya son capaces de emitir su primera palabra acompañándola de onomatopeyas e incluso surge una jerga propia que pretende imitar palabras adultas.
Etapa lingüística
Tras este primer año de vida nos adentramos en la etapa lingüística, esta está comprendida entre los 12 y 24 meses. La capacidad del niño para comprender el lenguaje adulto es mayor que su capacidad de expresión. Sus primeras palabras hacen referencia a su entorno más cercano y su función es de frase, de ahí que se les denomine palabras frase o etapa holofrásica.
Son capaces de distinguir entre el masculino y femenino, denominar a algunos animales, alimentos, personas, juguetes… e incluso utilizar expresiones sociales, peticiones o indicadores de lugar.
A partir de los 18 meses, se produce un gran aumento del vocabulario, emisión de nuevos fonemas, expresión de emociones y sentimientos mediante el lenguaje y se inicia el periodo de combinación de dos palabras.
Entre los 2 y 3 años continúa la etapa lingüística, produciéndose un gran avance en la construcción de frases, evocación de diferentes tiempos verbales, uso de frases interrogativas que le permiten iniciar pequeñas conversaciones con el entorno que le rodea, sigue aumentando su vocabulario y presenta cada vez más interés por la comunicación verbal. A esta edad, todavía presentan dificultades para emitir algunos fonemas que requieren un mayor control de los órganos bucofonatorios, tales como la f o la r.
Etapa de perfeccionamiento lenguaje
En la última etapa, que va de los 3 a los 6 años, comienza la fase del perfeccionamiento del lenguaje muy influenciada por la escolarización donde encuentra nuevas personas y situaciones con las que interactuar.
A esta edad formulan abundantes preguntas, el famoso “¿por qué?” ya que necesitan encontrar una explicación a todo puesto que están en un continuo aprendizaje. También cabe destacar de esta fase los monólogos que utilizan para pensar en voz alta y resolver dificultades.
Al final de esta fase, presentan un dominio casi total de los diferentes fonemas, aunque en algunos casos todavía haya dificultades con la r. Además, presentan un correcto uso de los posesivos y de los principales tiempos verbales, siendo cada vez más elaborada la creación de frases complejas.
Tras todo lo visto, como adultos, nuestra única labor es disfrutar y dejarnos sorprender por su aprendizaje y, lo más importante, acompañarlos y respetar sus ritmos en cada una de las etapas del desarrollo del lenguaje.