Es habitual leer titulares en prensa y escuchar noticias sobre actos delictivos cometidos por chicos y chicas muy jóvenes. Algunas de estas noticias son de gran impacto y graves consecuencias, recordemos el famoso caso del “asesino de la catana” o el menor que violó y asesino a Sandra Palo (el “Rafita”). Los padres y madres de estos/as jóvenes nunca imaginaron que algo así podría haber sucedido. Eso nos hace preguntarnos sobre los factores de la delincuencia juvenil.
Esta es una cuestión de gran importancia para la sociedad en su conjunto. Un fenómeno poco deseable, que sin duda nos evalúa negativamente. Una comunidad sana respeta las normas de convivencia, también las personas jóvenes, que son el futuro de cualquier país.
¿Qué estamos haciendo mal? ¿Cuáles son los factores de la delincuencia juvenil? Y, sobre todo, ¿Cómo podemos evitarlos?
Los medios de comunicación nos trasladan la idea de que estamos ante un fenómeno que va en aumento. Como profesionales del ámbito socioeducativo debemos hacer un análisis profundo y riguroso. Hay que contrastar si esta imagen se corresponde con la realidad, especialmente investigando cuáles son los factores de riesgo que influyen en estos comportamientos y proponiendo alternativas preventivas.
¿Qué entendemos por delincuencia juvenil?
Cuando hablamos de delincuencia nos referimos a la realización de actos contrarios a la legislación.
Por ejemplo, son normas legisladas no fumar en lugares públicos o no agredir a otra persona.
Como seres sociales también debemos considerar las normas sociales informales o no escritas. Estas definen nuestros comportamientos como adecuados o indeseados, dependiendo del contexto o cultura. Por ejemplo, en nuestra cultura es inadecuado caminar desnudos por la calle y adecuado respetar una cola para realizar una compra. Aunque estas costumbres no se hayan legislado, la mayor parte de las personas las respectan.
Cumplir con estos mandatos nos facilitará nuestra integración social, o, por el contrario, transgredirlas, provocará el rechazo social.
Con delincuencia juvenil nos referimos a los delitos cometidos por personas en un tramo de edad determinado. Nuestro ordenamiento jurídico se refiere a los y las jóvenes de edades entre los 14 y los 17 años.
¿Cuáles son los factores de la delincuencia juvenil?
Esta es una cuestión esencial, ¿cuáles son los factores de riesgo que hacen que nuestros jóvenes adquieran comportamientos delictivos? Y más aún, ¿qué podemos hacer como sociedad para prevenir y evitar este fenómeno?
Para responder a estas preguntas hemos contrastado nuestras hipótesis con las de otros expertos y expertas en la materia.
Vázquez (2003) habla de diversos factores de riesgo, los clasifica en 6 ámbitos, nosotros los hemos concentrado en 5 factores:
- Factores individuales
- Factores familiares
- Factores de la relación con iguales
- Factores escolares
- Factores sociales y económicos
Imagen de elaboración propia basada en la obra de Vázquez (2003)
Ahora veremos de forma más detallada que variables se incluyen en cada uno de estos 5 ámbitos. Esto nos permitirá entender que los y las jóvenes que cometen delitos están expuestos/as a múltiples factores de riesgo:
Factores individuales
- Consumo de drogas
- Rasgos de la personalidad (baja tolerancia a la frustración, ansiedad, visión distorsionada de la realidad, hostiliad, falta de inteligencia emocional y social, etc.)
- Psicopatologías
- Determinadas características biológicas del sistema hormonal y endocrino.
Factores familiares
- Ausencia de límites, reglas y control por parte de los progenitores
- Trastorno de apego inseguro desarrollado en la infancia
- Disparidad de criterios educativos de los progenitores
- Conflictos familiares, violencia intrafamiliar
- Comportamientos delictivos de los progenitores
- Consumo de drogas por parte de los progenitores
- Maltrato infantil
- Convivir con personas diferentes a los progenitores (con los abuelos o familia extensa, en instituciones, etc.)
Relación con iguales
- Vivencia de actos delictivos junto al grupo de iguales
- Tener pocos amigos
- Formar parte de una banda
Factores escolares
- Fracaso escolar
- Dificultades de aprendizaje
- Absentismo escolar o abandono escolar prematuro
- Ausencia de reglas en los centros educativos o carencia de un programa educativa integral
Factores sociales y económicos
- Bajo nivel económico de la familia y del entorno
- Residir en un barrio deteriorado o con alto índice de pobreza y/o delincuencia
- Altos niveles de desempleo en el entorno
- Altos niveles de delincuencia en el entorno
- Pertenencia a colectivos de exclusión social (minorías étnicas, hogar monomarental, progenitores desempleados o con escasos recursos, etc.)
Esta información nos puede ayudar a entender que el/la joven delincuente “no nace” (como defendían algunas teorías). Los riegos relacionados con la personalidad o la biología no tienen tanto peso por si solos.
La mayor parte de expertos y expertas defienden la idea de que el/la joven delincuente “se hace”. Está en nuestra mano como sociedad poner los medios necesarios para evitar todos los factores de riegos de la delincuencia juvenil. Podemos caminar hacia una sociedad más sana e inclusiva. Una sociedad más cohesionada y que ofrezca más oportunidades para todos y todas, especialmente para las personas que representan nuestro futuro.
Las causas de la delincuencia juvenil
La transición de la niñez a la edad adulta pasa por la adolescencia. Este es un periodo marcado por grandes cambios: físicos, sociales, emocionales y psicológicos.
El/La adolescente descubre la sexualidad y empieza relacionarse de forma diferente con sus progenitores, rechazando su protección y supervisión. Ahora su grupo de iguales es lo más importante para él/ella. Experimenta la necesidad de ser aceptado/a y de compartir con amigos y amigas vivencias de persona adulta.
Estos cambios suelen experimentarse con ansiedad, incertidumbre y tensión, tanto para el/la adolescente como para la familia. Cada persona vive este proceso de forma única. La adolescencia transcurre de forma distinta según el contexto sociocultural. No está sujeta a reglas, ni existen recetas mágicas para reconducir los comportamientos disruptivos de esta etapa de la vida.
La delincuencia juvenil según la ley
Así se recoge en la Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores. A partir de los 18 años a la persona se la considera mayor de edad a todos los efectos.
Esta ley tiene un enfoque preventivo y educativo más que punitivo. Al menor que comete un delito la ley le considera “menor infractor”. Así se le aleja del estigma que conlleva la denominación como “delincuente”. El lenguaje tiene gran importancia de cara al autoconcepto de la persona y el de toda la sociedad.
Los delitos cometidos por menores se evalúan en Juzgados especializados. Se tienen en cuenta 2 tramos de edad para emitir los dictámenes, 14 y 15 años y 16 y 17 años. Por debajo de los 14 años se considera que no existe responsabilidad.
Nuestra ley ha tenido sus defensores y detractores, hay quienes consideran que es demasiado permisiva. Quienes la defienden argumentan que el castigo no es la solución, hay que optar por la prevención, educación y rehabilitación.
¿Es verdad que ha crecido la delincuencia juvenil?
Vivimos en la sociedad de la información. Cada vez recibimos más noticias en tiempo real. Fluyen por diversos canales, TV, prensa, Internet y redes sociales. A veces se convierten en un auténtico “bombardeo”.
Esto nos dificulta contrastar la información. Tenemos la tendencia de dar por cierto todo lo que escuchamos o leemos.
En el caso que nos ocupa, ¿cuál es el mensaje de los medios? Hemos estudiado la cuestión y concluimos que los medios de comunicación lanzan un mensaje alarmista: la delincuencia juvenil se dispara, los crímenes cometidos por jóvenes son graves (asesinatos, violaciones, etc.). En definitiva, se fomenta la alarma social.
Demografía de la delincuencia juvenil en números
Hemos hecho un estudio en profundidad para conocer datos que se ajusten a la realidad. Es importante investigar los factores de la delincuencia juvenil para poder intervenir sobre ella.
La mayoría de expertos/as en la materia comparten la misma teoría, hay cierta dificultad de acceso a esta información por 2 motivos: es manejada por diferentes entidades (Comunidades Autónomas, Ministerio de Interior, entidades del Tercer Sector, etc.) y tras la reforma del Código Penal de 2015 hubo un cambio en la denominación de las categorías delictivas.
Por tanto, las fuentes que vamos a utilizar son las ofrecidas por el INE. Diversos autores defienden que es la más estable (Valero-Matas, J., 2018).
Evolución del número de delitos cometidos por menores
Fuente: Gráfico de elaboración propia basado en datos estadísticos publicados por el INE.
Se aprecia cierta oscilación en las cifras según el periodo analizado. Observamos un leve aumento de casos en el año 2017 con respecto a 2016, aunque sigue siendo una cifra más baja que las registradas entre 2012-2015, este es un dato positivo.
Sexo
La violencia juvenil es principalmente ejercida por chicos frente a las chicas. La diferencia entre ambos sexos es significativa, como muestra el gráfico:
Fuente: Gráfico de elaboración propia basado en datos estadísticos publicados por el INE.
Edad
La edad también es un factor influyente, aumenta el número de jóvenes que delinquen cuanto mayores son:
Fuente: Gráfico de elaboración propia basado en datos estadísticos publicados por el INE.
Tipología de infracciones y veredictos
La mayoría de las infracciones (un 96,6%) fueron tipificadas como delitos, es decir, acciones de mayor gravedad (lesiones, robos y hurtos). El 3,4% fueron faltas o acciones consideradas menos graves, normalmente cometidas sobre las personas y el patrimonio).
Y cuáles fueron las consecuencias dictadas por los Juzgados de Menores, lo vemos de forma gráfica:
Fuente: Gráfico de elaboración propia basado en datos estadísticos publicados por el INE.
La información expuesta evidencia la importancia de realizar acciones de carácter preventivo y educativo a edades tempranas. A partir de los 8 años sería la edad deseable, antes de que las pautas delictivas aparezcan, incidiendo especialmente sobre los factores de riesgo que las provocan.
Comentarios
Respetando todas las opiniones, creo sin temor a equivocarme que la delincuencia es producto de la ausencia de valores en la familia. Que el Estado y la Sociedad Civil unida deberían enfocarse en construir desde el seno de la familia y todas las instituciones un ciudadano nuevo con principios y valores y eso se puede teniendo buenas bases familiares amén de que no se cuente con alguno de los padres.
Excelente artículo
Añadiré un par de apuntes sobre la estructura familiar y su influencia en los rendimientos educativos (es el tema que me interesa) y la salud.
Incluso descartando la influencia de otros factores socioeconómicos, sigue habiendo una diferencia media de 18 puntos entre los alumnos de familias monoparentales y los de otros tipos de familias (Pág. 169 Informe PISA 2003 Internacional http://www.oecd.org/dataoecd/59/1/39732493.pdf)
El mayor riesgo de abandono escolar prematuro se da en los hogares monoparentales… un 86% más alto… que en los que están presentes dos progenitores, a igualdad de otras condiciones sociales (Pág. 12 Ámbitos de estudio del informe de la inclusión 2009 publicado por la “Obra Social De Caixa Catalunya”).
Vivir una situación de divorcio puede estar relacionado con un mayor riesgo de obesidad y sobrepeso en los niños, con una especial incidencia en los varones, que son más propensos a aumentar de peso en exceso, según concluye una investigación basada en una muestra representativa a nivel nacional de más de 3.000 alumnos de 127 escuelas de Noruega. Todos los niños participantes formaban parte del Estudio Nacional del Crecimiento del Niño de 2010 (http://www.jano.es/noticia-los-hijos-padres-divorciados-son-22262)
Hola, no puedo ver tus referencias