El alumnado de educación primaria oscila entre los 6 y 12 años de edad, con lo cual, según Piaget (1981) está en la etapa de las operaciones concretas siendo esta una de las etapas más importantes, puesto que es cuando comienza a incorporarse en la sociedad como ser independiente. Es de fundamental importancia observar la evolución y el desarrollo integral del alumno en esta etapa.
La etapa de las operaciones concretas recibe este nombre porque los niños y niñas piensan de una manera mucho más lógica que en la etapa anterior (preoperacional). Pueden tener varios puntos de vista ante un mismo momento, con un pensamiento lógico pero no abstracto, ya que necesitan de la realidad para poder actuar. Siempre haciendo referencia a un momento o lugar presente y actual porque aún no son capaces de ver más allá del hoy debido a la falta de evolución de su capacidad de abstracción.
¿Qué entendemos por desarrollo integral de un alumno en educación?
El desarrollo integral de los alumnos en el sistema educativo se refiere a la evolución global y equilibrada de los estudiantes en diferentes aspectos de su vida. Esto implica el crecimiento personal, el desarrollo formativo y el bienestar emocional.
Desarrollo integral y evolución personal
El desarrollo personal abarca el fortalecimiento de la identidad, la autonomía, la autoestima y la capacidad para tomar decisiones. Es el proceso mediante el cual los estudiantes se conocen a sí mismos, descubren sus habilidades, intereses y valores, y adquieren habilidades para enfrentar los desafíos de la vida.
Desarrollo integral y educación polifacética
El desarrollo formativo se centra en la adquisición de conocimientos, habilidades y competencias en diversas áreas del saber. Una educación integral busca fomentar una formación polifacética, que no se limite únicamente a aspectos académicos, sino que incluya también el arte, la cultura, la ciencia, el deporte y otros campos del conocimiento. De esta manera, se busca brindar a los alumnos una formación completa que les permita desenvolverse de manera plena en la sociedad.
Desarrollo integral e inteligencia emocional
La dimensión emocional es fundamental en el desarrollo integral de los alumnos. La educación de calidad debe incluir una formación en inteligencia emocional, que les enseñe a identificar, comprender y regular sus emociones, así como a desarrollar habilidades sociales y de empatía. Esto les permitirá establecer relaciones saludables, gestionar el estrés, resolver conflictos y tomar decisiones adecuadas.
El papel de la familia en el desarrollo integral del alumno
Además, es importante destacar el papel central que desempeña la familia en el proceso de desarrollo integral de los hijos. La participación activa de los padres y cuidadores en la educación, el apoyo emocional y la creación de un entorno seguro y estimulante son indispensables para potenciar el crecimiento integral de los estudiantes.
El cambio más grande de los alumnos de primaria
Lo que marca esta evolución del alumno desde un punto de vista social es el abandono del egocentrismo, lo que hace que comiencen a preocuparse e interesarse por los demás, y su desarrollo en el ámbito comunicativo.
Sienten miedo ante la idea de sentirse solos y es entonces cuando podemos hablar de edad social. Una vez ya están preparados intelectualmente para introducirse en la sociedad, ya que su comunicación se ha desarrollado y son capaces de expresarse adecuadamente, la evolución del alumno pasa al lado de abrirse socialmente y a descubrir un nuevo mundo fuera del ámbito familiar que era, por decirlo de alguna manera, lo único que conocían hasta ese entonces.
Haciendo un análisis general de esta etapa, podemos decir que su componente clave es el contacto con los sentimientos y las emociones iniciando con ello su propia personalidad. Por lo tanto, se debe fomentar una correcta evolución del alumno en cuanto al desarrollo personal para evitar, en la medida de lo posible, futuros fracasos escolares que, mayoritariamente, suelen estar ligados a un bajo autoconcepto y escasas capacidades para expresar sentimientos.
El desarrollo integral del alumno y el rendimiento académico
Según Roda y Sánchez (2003) son varios los autores que relacionan el autoconcepto y el rendimiento escolar. Unos dicen que el rendimiento académico determina el autoconcepto, lo que quiere decir que un éxito o fracaso académico puede regular de una manera u otra el autoconcepto del niño/a; otros, que los niveles de autoconcepto determinan el grado de logro académico, refiriéndose a que desarrollando el autoconcepto lograremos un rendimiento escolar positivo; y por último, están quienes dicen que existen terceras variables que pueden ser las causas del autoconcepto y del rendimiento escolar, como pueden ser las variables ambientales o las sociales.
Por ello, como docentes, debemos trabajar en el desarrollo del alumno desde el inicio de la etapa educativa porque que los niños se encuentran en una edad en la que muestran un gran interés por aprender técnicas para que sean capaces de expresar y controlar impulsos sin necesidad de desembocar en acciones negativas que perjudiquen gravemente su personalidad futura. Esto lo podemos considerar como los cimientos de su desarrollo personal.
Indiscutiblemente, la escuela es el lugar idóneo para hacer florecer este desarrollo al que nos referimos, puesto que una de las funciones de dicha institución es educar y preparar a los más pequeños para la vida apoyando siempre su total desarrollo como persona.
Un desarrollo personal, sin olvidarnos tampoco de la educación de las habilidades sociales, es la base fundamental para la formación del individuo como persona dentro de la sociedad. Está en nuestras manos educar bien en habilidades sociales para crear un buen desarrollo personal de los pequeños y así, de esta manera, ayudarlos a ser personas competentes.