En las primeras etapas del desarrollo del niño suelen ser muy comunes las rabietas, los llantos y las conductas de desobediencia infantil hacia los padres. Actitudes inadecuadas que de forma inconsciente los padres refuerzan provocando que se incrementen y se mantengan en el tiempo, cediendo ante las exigencias o demandas del niño, para evitar determinadas conductas coercitivas (lloros, gritos), que puedan dejarlos en evidencia en presencia del grupo social.
¿Desobediencia infantil o falta de autoridad por parte de los padres?
Como padre o madre en más de una ocasión te habrás visto sobrepasado por una situación en la que tu hijo/a ha intentado echarte un pulso y desafiarte con la finalidad de conseguir lo que desea sin obedecerte, intentando probablemente no cumplir las normas previamente establecidas en casa. En la mayoría de ocasiones cansados de la conducta coercitiva del niño, optaremos por hacer nosotros mismos lo que le habíamos ordenado, sin ser conscientes, de que con ese comportamiento solo estaremos alimentando una actitud negativa, y estaremos consiguiendo reforzar negativamente una desobediencia infantil que volverá repetirse cada vez que el niño quiera conseguir algo, haciendo caso omiso de tus indicaciones, porque habrá aprendido que si persiste y mantiene su actitud y su conducta, probablemente, cederás y, finalmente, conseguirá su objetivo.
El aprendizaje que se realiza desde el entorno familiar se fija mediante reforzadores que de forma inconsciente conseguirán mantener e incrementar las conductas desadaptadas del niño. Reforzadores que solo irán incrementando la desobediencia infantil del niño, consiguiendo que se transforme de forma gradual, en una conducta agresiva que comenzará a estar vinculada con un autoconcepto negativo y un bajo nivel de autoestima.
Según el Modelo de Interacción Coercitivo propuesto por Patterson, determinados estilos educativos (permisividad o protección), resultarán ineficaces y solo conseguirán mantener una conducta inadecuada en el niño. La conducta de desobediencia infantil forma parte del desarrollo evolutivo del niño pero la conducta coercitiva se irá sustituyendo por habilidades sociales y verbales a medida que avance el desarrollo infantil, siempre y cuando, los padres no refuercen este tipo de conductas desadaptadas.
Patterson consiguió poner de manifiesto que actitudes de desobediencia en exceso hacía los adultos, serían la conducta clave para que el niño iniciase el desarrollo de otros comportamientos de carácter más grave (conductas de vandalismo, conductas agresivas y problemas académicos).
Implantar cierta disciplina, normas y límites será fundamental en la convivencia familiar y escolar, debemos enseñar al niño a entender el sentido que aportamos a las reglas, intentado que aprendan a respetarlas y haciéndoles entender las consecuencias de su conducta. Establecer determinadas reglas cuando realizamos alguna petición al niño o damos alguna orden o instrucción nos ayudará a mejorar la actitud-respuesta del niño, por ello, siempre debemos intentar que las instrucciones sean:
- Claras, concisas y concretas.
- Fáciles de entender para el niño.
- No deberán contradecir otras indicaciones u órdenes facilitadas con anterioridad.
- Deberán facilitarse de una en una y hacerlo de forma espaciada en el tiempo.
- Nunca deberán ir acompañadas de contacto físico instigador o amenazante.
Os dejo en el siguiente enlace unas Pautas de Actuación para Padres, Madres y Profesorado creadas por la Asociación Andaluza para la Defensa de la Infancia y la Prevención del Maltrato (ADIMA) que espero que os puedan ayudar a mejorar la atención y educación hacía el niño.
¿Desobedencia infantil o algún tipo de Trastorno?
En aquellos casos en los que se agrave la conducta del niño a medida que avanza en su desarrollo, será conveniente valorar, mediante una evaluación profesional, la presencia de trastornos tales como el Trastorno Negativista Desafiante o el Trastorno Disocial.
La mayoría de los conflictos que se originan en el hogar surgen como consecuencia de una comunicación deficitaria entre padres e hijos. Mejorar la comunicación con los hijos debe ser una de las premisas fundamentales en las relaciones que se establezcan en el ámbito familiar si queremos prevenir determinadas situaciones de riesgo: desobediencia infantil, actitudes agresivas, aislamiento social, frustración, etc.
Hemos pasado de un modelo educativo autoritario a un modelo totalmente permisivo y no debemos olvidar que desde que el niño nace pasamos a convertirnos en su mayor ejemplo de vida. No olvides que el niño durante sus primeros años de desarrollo actuará por imitación y reproducirá todos aquellos comportamientos y actitudes que perciba, por lo que si controlas y modificas ciertas conductas negativas y refuerzas las conductas y actitudes positivas, el niño las observará, las asimilará y las potenciará en sus actuaciones.
“Si te atreves a enseñar, nunca dejes de aprender” John Cotton Dana
Comentarios
Gracias, me encantó. Tengo dos pequeñas y tu artículo me ha ayudado en mucho a entender lo que pasa con su comportamiento. No daba exactamente con que de mi forma de educación influia para su comportamiento.