¿Cómo prevenir el cibergrooming?
Sonia Martínez Alonso
En la actualidad el 18% de la población joven mundial sufre ciberbullying o cibergrooming, y es que el perfil de los usuarios que utiliza de forma masiva Internet y todos los servicios que dependen de la red son en gran parte menores de edad. Tanto es así que se les ha catalogado en alguna ocasión como nativos digitales, ya que desde temprana edad conocen perfectamente el medio y las posibilidades que este les brinda.
Sin embargo, los menores no siempre son conscientes del peligro que la red conlleva, y no conocen la trascendencia de sus actos ni las implicaciones que puede suponer para su seguridad.
¿Qué es el cibergrooming?
El cibergrooming es un delito que ocurre cuando una persona adulta utiliza internet o las redes sociales para establecer una relación con un menor de edad con el objetivo de ganar su confianza y luego abusar de él o de ella. El adulto puede utilizar diferentes estrategias, como hacerse pasar por alguien de confianza o persuadir al menor para que comparta información personal o fotos comprometedoras. El cibergrooming es considerado un delito grave y busca proteger a los menores de las personas que intentan dañarlos a través de internet.
Es un método bastante utilizado por pederastas para iniciar conversaciones y contacto en la red con niños/as y adolescentes a los que chantajean a cambio de imágenes y vídeos de contenido sexual. En España uno de los casos más conocidos de cibergrooming fue cometido con una menor de 14 años con la que un adulto utilizó el contacto en la red para llevar a cabo un delito de chantaje y acoso sexual.
El cibergrooming como delito
En el año 2010 se introdujo el delito de Child Grooming en la Ley 5/2010 en el que la conducta realizada por un adulto como sujeto activo, consistente en el acoso o seducción desde la red dirigidos a menores de edad con la finalidad de abusar sexualmente de estos, quedaba penalizada. Posteriormente, se ha modificado dicho delito en la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo elevando la edad del consentimiento sexual de los menores de los 13 a los 16 años e incluyendo detalles en la regulación del mismo (artículo 183 ter).
Pero no solo la normativa protege a nuestros menores de este tipo de delitos, ya que como en muchos otros aspectos, la prevención es fundamental para evitar ciertos riesgos. Los menores deben ser conscientes de que la intimidad personal es un derecho fundamental y que la información personal (fotografías, videos…) proporcionada en la red hacen que seamos un blanco fácil de posibles delitos.
Consejos para padres para prevenir el cibergrooming
- No aportar datos personales que permitan identificar a un niño: No se deben publicar demasiados datos personales en Internet y, en caso de hacerlo utilizar la privacidad al máximo posible. Del mismo modo se recomienda usar pseudónimos o nicks personales con los que operar a través de la red.
- No compartir imágenes ni vídeos de niños: Aunque material como fotos de nuestros hijos o de alumnos está totalmente normalizado y es subido a determinadas redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter…) de manera cotidiana, se debe tener un especial cuidado a la hora de publicar imágenes o vídeos en la red. A este fenómeno se le denomina sharenting. Al fin y al cabo, no hay que olvidar que en el momento en que una foto o vídeo sale de nuestro teléfono móvil u ordenador perdemos el control sobre ella pudiendo ser vulnerables en cuanto a su uso y divulgación.
- No aceptar ni agregar a desconocidos: Un comportamiento común en personas con intenciones delictivas es contactar con los/as menores e interesarse por gustos e intereses determinados para conseguir su confianza.
- Mantener una comunicación abierta: Hablar con los hijos/as y trasladarles la confianza de comunicar cualquier situación de riesgo. En muchas ocasiones los menores se sienten avergonzados de hablar con sus padres y contarles lo que está ocurriendo.
- Educar sobre peligros en la red: Es posible que nuestros hijos no sean conscientes del peligro real al que se enfrentan al utilizar Internet, por lo que no se toman en serio las medidas que les aconsejamos. Así pues, está bien hacerles hincapié en cuáles son las consecuencias de un mal uso de Internet y de los insidiosos sujetos que pululan en él.
- Configurar controles parentales: Estas herramientas de control parental permiten bloquear y filtrar contenido inadecuado, así como para monitorear las actividades en línea de los niños.
- Fomentar la confianza: Es importante que tu hijo confíe en ti para que pueda ser abierto contigo y consultarte en caso de tener algún problema en línea.
- Establece un plan de acción contra el cibergrooming: Haz un plan con tus hijos sobre qué hacer en caso de encontrar situaciones de cibergrooming. Esto puede incluir bloquear a la persona, informar a un adulto de confianza y guardar pruebas de las conversaciones.
- Impón reglas: puedes verificar qué redes sociales utiliza tu hijo, con qué personas conocidas y, especialmente, desconocidas se comunica y cuál es su configuración de privacidad en ellas. Es muy útil, también para garantizar que un niño se tire el día pegado a una pantalla, establecer tiempos límite para utilizar el ordenador y otros dispositivos.
Consecuencias del cibergrooming
El cibergrooming puede tener consecuencias muy graves para los niños y adolescentes que son víctimas de este tipo delito en línea. Algunas de las consecuencias más importantes son:
- Trauma emocional: Las víctimas de cibergrooming pueden sentir miedo, ansiedad, depresión y una pérdida de confianza en sí mismos y en los demás de forma crónica.
- Abuso sexual: Los perpetradores de cibergrooming suelen tener como objetivo final el abuso sexual de sus víctimas, por lo que solicitan imágenes explícitas (sexting) o realizar encuentros físicos con los menores chantajeándolos.
- Daño reputacional y de autoestima: En algunos casos, los cibergroomers llegan a amenazar con difundir información comprometedora o imágenes íntimas de las víctimas si no cumplen con sus demandas. De cumplir la amenaza, la reputación del niño se verá entredicha por mucho apoyo social y familiar que reciba.
- Pérdida de privacidad: Los cibergroomers pueden obtener información personal y privada de las víctimas (direcciones, números de teléfono, nombres de familiares, etc.) lo que compromete su privacidad y seguridad.
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Aislamiento social: Como resultado del cibergrooming, los niños y adolescentes pueden experimentar un sentimiento de vergüenza, culpa y miedo que los lleva a aislarse socialmente evitando interactuar con amigos, compañeros de clase e incluso con sus propias familias, lo que puede afectar negativamente su desarrollo social y emocional.