Ya hemos analizado en otras ocasiones la igualdad de género desde diferentes perspectivas. En el post de hoy quiero reflexionar sobre las generaciones futuras, jóvenes y adolescentes que el día de mañana se convertirán en adultos y adultas que tendrán que afrontar aquello de la corresponsabilidad, la parentalidad positiva, la conciliación familiar y laboral… y en este punto habría que preguntarse, ¿cómo estamos coeducando en igualdad nuestros jóvenes?
Las percepciones y actitudes de los jóvenes españoles demuestran que no estamos coeducando en igualdad
Según datos estadísticos de diversos estudios y encuestas realizadas a estudiantes adolescentes, como por ejemplo, el Proyecto Detecta desarrollado en Andalucía con el apoyo del Instituto Andaluz de la Mujer, se concluye que el 65% de la población adolescente andaluza, de entre 14 y 16 años, tienen percepciones y actitudes sexistas respecto de la construcción y comprensión de las relaciones afectivas. Sirva de ejemplo la creencia de que los celos son una muestra de amor, incluso un requisito indispensable de un verdadero amor (defendido por un 61,2% de los chicos y 41,7% de las chicas), o que un 54% opine que en una relación de pareja se hará todo lo posible por superar cualquier obstáculo que pueda surgir , de tal modo que ni la tensión, la amenaza, los celos, etc, serán elementos suficientes para poder cuestionar o romper la pareja, ya que el poder del amor, hará posible que todo pueda ser superado (la presencia de comportamientos violentos está incluida como «obstáculos» que hay que superar).
Además, recoge la opinión del 20% de las chicas y el 28% de los chicos, de que “el lugar más adecuado para la mujer es en su casa con su familia” y que “no es propio de los hombres hacerse cargo de las tareas del hogar”, dato cuanto menos preocupante y más si pensamos que estos jóvenes han crecido en la igualdad de derechos.
La mentalidad de los jóvenes y sus ideales de pareja
Siguiendo en esta línea, el estudio “La adolescencia española sobre la igualdad y prevención de la violencia de género” publicado en 2013, pone de manifiesto que “la principal condición de riesgo de violencia de género es la mentalidad sexista basada en el dominio y la sumisión” (el denominado machismo oculto) y por tanto establece como indicadores de riesgo las siguientes conclusiones:
- Un 8% de las chicas encuestadas afirma que “el hombre que parece agresivo es más atractivo”.
- Un 9% de los chicos afirma que para llevar una buena relación de pareja es deseable que la mujer evite llevar la contraria al hombre.
- El 9,5% de las chicas admiten que sus parejas controlan con quién hablan, a donde van, con quien…
- El ideal de pareja que siguen expresando los chicos se basa en el atractivo físico, una tendencia que se relaciona directamente con los estereotipos de la mujer objeto.
- Aparece una nueva forma de control abusivo a través del móvil (que sufren en mayor número las chicas) y la intromisión en la privacidad a través del uso de contraseñas personales, y que se reconoce entre los jóvenes como algo frecuente en la pareja.
De todo ello podemos concluir que, a pesar de que en los centros educativos se dispone de herramientas de prevención para evitar posibles situaciones de violencia de género, la coeducación se debe aplicar en el entorno familiar y desde la infancia «para que niños y niñas crezcan sabiendo que tanto los hombres como las mujeres deberíamos tener las mismas oportunidades, los mismos derechos, las mismas necesidades, y que ninguno de los dos debe estar por encima del otro, es decir, desde una posición de diálogo y complicidad”.
De este modo, y partiendo de la base de que la educación es una ardua tarea, os dejo el enlace de la publicación de una Guía didáctica sobre coeducación para padres y madres con la que se pretende incorporar el enfoque de género para garantizar los derechos de hijos e hijas por igual.
“El sexismo se aprende desde la infancia, la igualdad también”