En ocasiones parece que vivimos en una cultura de la inmediatez y el desperdicio. Sobre todo las sociedades occidentales parecen presa de una continua carrera por consumir lo más nuevo, la tecnología más actual, los aparatos y dispositivos más modernos, generando una serie de desperdicios económicos y materiales que se continúan acumulando, y llegando además a un punto en el que las personas prefieren gastar dinero que no poseen y endeudarse para comprar más y más objetos que en realidad no necesitan.
La importancia de ahorrar en la actualidad
Hay alternativas a esta cultura de la ostentación y el desperdicio. En décadas recientes hay una multiplicación de alternativas, tanto desde la filosofía como desde la sociología y otras ramas de las ciencias sociales y administrativas, para fomentar una cultura del reciclaje y el ahorro. Porque el planeta no da para más, porque debemos priorizar la satisfacción de las necesidades básicas de las personas y no sólo la presunción o una necesidad vacía de estar a “última moda” o de poseer las cosas de tendencia más actual.
En realidad, la idea es preguntarnos de forma honesta y sincera: ¿realmente necesito todo lo que adquiero? ¿Vale la pena firmar créditos para la adquisición de bienes de consumo que no sólo no nos satisfacen una necesidad en lo inmediato, sino que quizá son superfluos? Es al responder estas preguntas que podemos diseñar hábitos de consumo más saludables, comprometernos con el reciclaje y la reutilización de objetos, y también con una idea que parece anacrónica y que en apariencia no se corresponde con los hábitos de consumo de la sociedad actual: el ahorro.
¿Qué representa ahorrar?
Significa no gastar todo lo que ingresa a tus propias finanzas. En una época de crisis y gasto, ahorrar significa hacer un esfuerzo adicional de control. De no adquirir todo lo que podamos, sino sólo lo que necesitamos y nos haga falta. Pareciera una idea fuera de época, que nos remite a la abuelita guardando los billetes bajo el colchón de su cama. Nada más alejado de una realidad en que el control de gastos y el uso eficiente de nuestros recursos económicos. Significa intentar economizar sin perder confort y comodidad. Representa pautas de conducta y educación financiera, y de hecho, se traduce en una forma más organizada de entender la vida como seres económicos que somos al formar parte de una sociedad.
Entonces, la importancia del ahorro se traduce en lo significativo que puede resultar cambiar de óptica y ver al mundo no como una cadena de objetos a comprar, usar y desechar, sino como una serie de cosas significativas y valiosas que pueden ser utilizadas en diversas ocasiones para satisfacer diversas necesidades y que forman parte de ciclos de uso que no terminan. Ahorrar se convierte en una forma de ver la vida sin desperdiciar, de optimizar nuestros ingresos y de no perder ni un gramo de bienestar. Es reservar recursos para casos de emergencia, para planes a futuro, para grandes proyectos. Es no desperdiciar, prever, planear. Y puede ser la mejor técnica para enfrentar economías inestables, periodos críticos y fluctuaciones financieras internacionales.