Definición de neuroarquitectura
El prefijo neuro, de origen griego, hace referencia al sistema nervioso. En este sentido, la neuroarquitectura es un campo común entre la arquitectura y la psicología que se enfoca en el estudio del espacio construido y las señales que el sistema nervioso emite al cerebro a consecuencia del estímulo obtenido mediante la percepción de dicho espacio.
Si nos rodeamos de belleza, nuestra percepción del mundo será bella y nos sentiremos más felices. Esta frase que puede parecer tan empalagosa, guarda una verdad innegable para la neuroarquitectura. Al fin y al cabo, la neuroarquitectura estudia qué efectos físicos y emocionales suscita la distribución de un entorno en una persona.
Muchas personas pasamos muchas horas entre cuatro paredes, bien sea en casa o en la oficina si trabajamos en interiores. En función de cómo estén construidos y ordenados estos espacios, nos sentiremos mejor o peor. La decoración, la luminosidad, la forma del mobiliario, los colores, las texturas, etc. todo ello impulsa que nos sintamos de una manera u otra al entrar y permanecer en un espacio cerrado. Por esta razón, la neuroarquitectura quiere diseñar de una forma saludable que vele por el bienestar de las personas.
Existen ambientes que, por sus características espaciales, nos provocan sensación de plenitud y sosiego, otros, en cambio, provocan ansiedad o intranquilidad. La neuroarquitectura se centra de determinar cuáles son las características espaciales (formales y materiales de los ambientes) necesarias para que el usuario perciba el espacio de manera tal que, las sensaciones y sus correspondientes estímulos sean acordes con la función de la edificación.
Origen de la neuroarquitectura
No es algo innovador que los arquitectos centren sus diseños en fines basados en el confort del usuario, la funcionalidad y la estética. Lo que diferencia a la arquitectura tradicional de la neuroarquitectura es el ¨análisis de datos¨ reales para determinar, objetivamente, cuáles son las características idóneas que deben presentar los espacios construidos para el hombre con el fin de asegurar un estado anímico concreto.
El origen de la Neuroarquitectura viene de la mano del biólogo Jonas Salk y el arquitecto Louis Kahn, quienes en 1965 fundaron el Instituto Salk, en La Jolla, California. Uno de los objetivos de esta construcción era fomentar la creatividad de los científicos mediante espacios diseñados para tal fin. Esta edificación es, sin duda, el referente principal de la sinergia existente entre los espacios construidos y el rendimiento óptimo de sus trabajadores, estimulando mediante el diseño arquitectónico la creatividad y la productividad.
Principios básicos de la neuroarquitectura
Como toda ciencia, se entiende que es un ¨requisito¨ contar con datos o información fehaciente obtenida a partir de experimentos y estudios de observación, dichos datos constituirán las bases del conocimiento y, por tanto, deben ser medibles, objetivos y con posibilidades de comprobación.
A partir de una hipótesis (en el caso de la neuroarquitectura: influencia del espacio construido en las emociones del hombre - ansiedad, estrés, miedo, alegría, relajación, …-) se establece una metodología apropiada con la finalidad de determinar principios, causas, entre otros.
Además, como ciencia enfocada plenamente a mejorar la vida humana, se rige por una serie de principios que mezclan lo emocional con lo funcional e inclusivo:
- La neurodiversidad: Reconocer que cada individuo tiene una arquitectura cerebral única y que el diseño del entorno debe ser inclusivo para todas las personas, independientemente de sus habilidades cognitivas.
- La naturaleza: La conexión con la naturaleza es fundamental para nuestra salud física y mental. De hecho, está comprobado que los espacios de interior con plantas y espacios verdes reducen el estrés y liberan la mente. Es por ello que una construcción moderna debe incorporar elementos naturales como la luz natural, plantas y vistas al aire libre.
- La estimulación sensorial: El entorno construido debe estimular nuestros sentidos para crear una experiencia rica y atractiva que promueva el bienestar emocional y cognitivo.
- La ergonomía: El diseño del entorno debe ser cómodo, seguro y saludable para las personas. Esto incluye la elección de materiales, la accesibilidad, la acústica y la iluminación adecuada.
- La conectividad: Las construcciones deben albergar espacios que fomenten la conexión social y la interacción humana. Esto incluye el diseño de espacios comunitarios, áreas de encuentro y la promoción de actividades compartidas.
- La flexibilidad: El espacio construido debe ser adaptable y flexible para satisfacer las necesidades cambiantes de las personas. Esto incluye la posibilidad de reorganizar los espacios según las necesidades y la implementación de tecnologías que permitan adaptarse a los tiempos y a las nuevas mejoras que trae el progreso.
Herramientas aplicadas a la neuroarquitectura
Algunas de las herramientas aplicadas en la neuroarquitectura para la interpretación de datos son: los electroencefalogramas (estudios que permiten detectar modificaciones en la actividad cerebral), sensores corporales (permiten medir cambios en la frecuencia y ritmo cardiaco), eyetracking (consiste en el análisis de los movimientos oculares), entre otros.
Estas herramientas aplicadas junto con otras tecnologías, como la realidad virtual, por ejemplo, permiten situar al usuario en un lugar virtual y medir sus emociones al enfrentarse a un espacio con determinadas características espaciales (altura, forma, color, iluminación, dimensión, etc.).
Ejemplo de aplicación de la neuroarquitectura
En un estudio realizado por la Universidad de Texas, se demostró que el diseño de los hospitales tiene un impacto significativo en la recuperación de los pacientes. Los pacientes que se encontraban en habitaciones con ventanas que permitían la entrada de luz natural, vistas de la naturaleza y colores relajantes se recuperaron más rápido y necesitaron menos medicamentos para el dolor que los pacientes que se encontraban en habitaciones más sombrías o con vistas menos sosegadoras.
Además, los hospitales que utilizan la neuroarquitectura pueden reducir los niveles de estrés de los pacientes y el personal médico al incorporar elementos como la iluminación adecuada, los colores suaves y los espacios de descanso tranquilos.
¿Dónde estudiar neuroarquitectura?
Si tienes estudio en interiorismo, arquitectura o edificación y quieres seguir especializándote y avanzando laboralmente, la neuroarquitectura es una opción puntera y apasionante. Puntera porque toda obra de arquitectura actual parte de un enfoque muy funcional, pero con un toque diferenciador de creatividad. Apasionante porque, al fin y al cabo, la neuroarquitectura aúna varias disciplinas que en un principio no se acercan a la arquitectura, pero que al relacionarlas tienen el potencial de hacer que vivamos mejor, más felices y más a gusto con nuestro entorno.
Es por eso que en INESEM te proponemos un curso de neuroarquitectura en el que podrás profundizar en la neuroanatomía, los procesos cognitivos del ser humano, la relación cerebro-ambiente y en el diseño adaptado a las necesidades humanas. ¿Lo mejor de nuestra formación? Que puedes cursar 100% online todos nuestros programas educativos impartidos por profesionales del sector. ¿Qué mejor que estudiar a tu ritmo y en el espacio que más paz y energía te transmita?
Comentarios
Gracias por este excelente artículo
Si es necesarias la Neuroarquitectura porque controla las necesidades emocionales de los usuarios. Donde todos los componentes del espacio (iluminación, temperatura, materialidad, color, proporción,…) sean seleccionados con un propósito especifico en el diseño y, por tanto, respondan a una intencionalidad clara sobre la percepción y comportamiento que, eventualmente, desarrollará el usuario.