Los usos sociales del Patrimonio Cultural son reflejo de cómo cada sociedad se apropia, interpreta y difunde su herencia cultural.
En este artículo veremos los usos sociales del patrimonio cultural en España, las lecturas que se desprenden de sus usos, singularidades legislativas y algunos casos reales.
Usos sociales del Patrimonio Cultural en España
A rasgos generales, existe una predominancia a enfatizar en mayor medida el valor del patrimonio cultural histórico sobre el popular. Y esto se refleja en la cantidad de visitas que pueden tener ciertos monumentos y museos arqueológicos respecto a centros de interpretación y museos de arte popular.
Cuántas veces hemos decidido buscar en Internet nuestro próximo destino y sólo pensamos, por ejemplo, en: visitar la Alhambra, la Catedral y el museo arqueológico. En cambio, rara vez pensamos en visitar el museo de las cuevas, el museo sefardí o el centro de interpretación del Albaicín.
Aunque esto parezca una elección personal, está condicionada por la información que de ellos tenemos. Y esto se debe a que los organismos públicos e intereses privados superiores, son los que definen qué patrimonio merece ser reconocido, conservado y difundido en mayor medida sobre otros.
Afecciones legales sobre los usos sociales del Patrimonio Cultural
En muchas ocasiones, ya sea por falta de tiempo, de interés o despiste, visitamos lugares de interés cultural sin conocer sus afecciones legales.
¿Sabías que el barrio del Albaicín está protegido por la UNESCO, como Patrimonio de la Humanidad? ¿O que también existen ciudades con esta consideración, como Úbeda y Baeza? ¿Sabías que Sierra Nevada está catalogada como Parque Nacional y Natural? Y lo más importante, ¿sabemos lo que implica a nivel usuario?
Incluso la legislación aplicable a los diferentes bienes patrimoniales está relacionada con los usos sociales del Patrimonio Cultural. Ya sea para evitar su deterioro, para establecer criterios de conservación o incluso para evitar la especulación en ellos. Intentando garantizar el desarrollo socioeconómico sin perjuicio de su disfrute.
No es objeto de este artículo hablar de la legislación de patrimonio histórico aplicable a nivel nacional y regional, pero si te facilitamos la información por si quieres profundizar algo más:
¿Quieres conocer más sobre la Ley de patrimonio histórico español?
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¿Para qué sirve conservar el pasado?
Nuestro pasado es nuestra seña de identidad, refleja nuestras tradiciones, culturas, creencias… y nos recuerda lo que fuimos.
Nos permite conocer, para aprender y evolucionar, y así enriquecer nuestro presente y mejorar nuestro futuro. En definitiva, son nuestras raíces, y un árbol sin sus raíces no existiría.
Usos sociales del Patrimonio Cultural: Público y Privado
La reutilización de los inmuebles y, en general, de los espacios de carácter histórico han sido, desde finales del siglo XIX, la mejor forma de conservar el patrimonio histórico.
La historia nos demuestra que la mayoría de los bienes patrimoniales que han estado en manos privadas, acaban por deteriorarse con mayor rapidez debido a una evidente escasez de recursos para su mantenimiento. Es por eso, por lo que la mayoría de los bienes patrimoniales suelen estar en manos de instituciones públicas.
En España, previo a la desamortización de Mendizábal, muchos de estos edificios estaban en manos privadas (familias nobles, altos cargos institucionales, la iglesia, etc.) pero con el devenir del tiempo, comenzarían a ser abandonados o simplemente no eran mantenidos al nivel que requerían. Y la principal medida de conservación que se aplicaría, sería su reutilización para albergar funciones de índole pública: ayuntamientos, bibliotecas, cuarteles, escuelas, etc.
En la actualidad, la gestión de este patrimonio en general, aunque sea propiedad pública, está puesta en manos de empresas privadas. Encargadas de su protección, control y difusión.
Pero, dentro de los usos sociales del Patrimonio Cultural, existen casos peculiares como el del Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, donde conviven el uso privado y público. Aquí podemos encontrar usos tan diferentes como la estación de esquí, refugios y albergues de alta montaña y un Centro de Alto Rendimiento, perteneciente al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Sin olvidar que cualquiera puede hacer excursiones “libremente” por toda su extensión, respetando las normas de visita al parque.
En este caso, el uso social del Patrimonio cultural prioriza la conservación de los usos privados (motor económico) al de los públicos. Dejando abandonados lugares tan emblemáticos e identitarios de la Sierra, como son los refugios históricos de alta montaña.
Con el paso del tiempo, los usos sociales del Patrimonio Cultural se han visto influenciados por la evolución de la sociedad, el desarrollo económico y las nuevas tecnologías. Y, por otro lado, han originado que existan muchos bienes declarados patrimonio cultural: ciudades, barrios, edificios, espacios naturales, bienes muebles e inmuebles… los cuáles, la mayoría, podemos visitar y conocer.
Por otro lado, la legislación vigente permite y promueve la difusión de estos. Por lo que existe una estrecha relación entre el Patrimonio Cultural y el turismo.
Esta relación, puede conllevar efectos negativos para la conservación de dicho patrimonio si no se establecen medidas compatibles con su uso, tanto de planificación como de gestión preventiva.
Un ejemplo claro, es el Albaicín de Granada que, debido a su inclusión en la UNESCO, ha generado que gran parte de los antiguos propietarios se hayan visto obligados a vender o malvender sus casas para, en muchos casos, pasar a manos de empresas hoteleras con más recursos para el mantenimiento de estas.
En este punto se plantea una reflexión, ¿merece la pena que el barrio pierda el carácter por el que ha sido catalogado como Patrimonio de la Humanidad por cumplir unas altas exigencias de conservación?
Límites en los usos sociales del Patrimonio Cultural
Por lo comentado hasta ahora se podría decir que, inevitablemente, existe una “simbiosis” entre el patrimonio y el turismo. Pues, el patrimonio nutre nuestro conocimiento, así como el patrimonio necesita al turismo para generar economía que permita su mantenimiento.
Sin embargo, es vital planificar los usos sociales del Patrimonio Cultural, de la grande a la pequeña escala, para que esta simbiosis perdure sin perjudicar el correcto funcionamiento de una ciudad. Pues una ciudad no sólo es sus edificios; son sus accesos a la misma, sus calles, flujos, actividad económica, interacción social… y el descontrol de estos factores pueden degenerar en un mayor deterioro del patrimonio.
Es decir, existen factores ambientales y de contaminación que en la mayoría de las ocasiones son generados por una mala planificación urbana. La congestión de tráfico rodado, las calles peatonales pavimentadas, la falta de vegetación… Estas decisiones, que parecen inofensivas, cambian por completo el ecosistema de un lugar y promueven factores de deterioro sobre el patrimonio cultural.
Conclusión
Los usos sociales del patrimonio cultural deben darse en equilibrio con su entorno, independientemente de si son públicos o privados. Y para que esta simbiosis perdura es fundamental conocer, planificar, controlar y difundir.
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