En este artículo conoceremos los edificios industriales más emblemáticos de Europa construidos en la era de la Arquitectura Industrial. Si quieres conocer la evolución de este estilo, lee hasta el final.
El origen de la arquitectura industrial
La arquitectura industrial o también llamada arquitectura del hierro, tiene su auge en el siglo XIX tras la Revolución Industrial. El origen de este estilo arquitectónico viene precedido por la incorporación de materiales como el hierro, el acero laminado, el hormigón armado y el vidrio.
Ya en el siglo XVIII, la arquitectura fue el arte más social, es decir, el más concienciado y adecuado a las condiciones sociales, económicas y materiales de la época. A principios de siglo, seguían imperando los estilos Barroco y Rococó como herencia del siglo XVII, pero ya a mediados de siglo, empezó a imperar la razón. La arquitectura se desvistió de ornamentación, imperando un estilo racionalista, bello, pero también necesario. Priorizaron lo simple y barato, a lo superfluo y caro.
Una vez entrados en el siglo XIX, con el descubrimiento arqueológico de Pompeya y Herculano, los historiadores cambiaron su idea del clasicismo, volviendo a él y encumbrando dicho estilo como superior a cualquier otro hasta entonces. A esta vertiente, se la llamó Arquitectura Historicista, de la cual partieron muchas otras con el prefijo Neo- como el Neoclasicismo, Neogótico, Neoplateresco, Neomudéjar, etc.
Características y materiales de la arquitectura industrial
Coetáneo a este estilo, como decíamos al principio, surgió la arquitectura industrial. Fue entonces cuando surgió la necesidad de espacios grandes y luminosos, capaces de albergar maquinaria y personal suficiente para desarrollar la actividad de las fábricas. De igual forma, existía la necesidad de potenciar el ferrocarril y dar paso a la ingeniería civil e industrial con el desarrollo de estaciones de ferrocarriles, puentes, grandes mercados, hospitales, etc.
Fue en la construcción de estas naves industriales de grandes estructuras metálicas cuando se incorporó el cristal y el hormigón armado al estilo arquitectónico.
Así pues, la arquitectura industrial se caracteriza en su concepción, diseño y construcción por:
- Funcionalidad: La arquitectura industrial está diseñada para cumplir con un propósito específico, ya sea para la fabricación de productos o para el almacenamiento de bienes. Por lo tanto, la funcionalidad es una de las principales preocupaciones de los arquitectos industriales.
- Eficiencia: La eficiencia es otro factor clave en la arquitectura industrial. La disposición de las instalaciones, la utilización del espacio y la optimización de los procesos de fabricación son algunos de los aspectos en los que se centra la arquitectura industrial para lograr la máxima eficiencia.
- Resistencia: Este tipo de arquitectura también se caracteriza por ser resistente y duradera. Los edificios industriales están diseñados para soportar cargas pesadas y condiciones extremas, como altas temperaturas o exposición a productos químicos.
- Modularidad: La modularidad es una característica común, ya que permite una mayor flexibilidad en la construcción y adaptación de los edificios a las necesidades cambiantes de las empresas.
- Estética minimalista: La estética de la arquitectura industrial se enfoca en la funcionalidad y la eficiencia, por lo que se caracteriza por una estética minimalista y despojada de adornos superfluos.
- Uso de materiales industriales: Los materiales utilizados en la construcción de edificios industriales suelen ser materiales industriales escogidos expresamente por su resistencia y durabilidad, como acero, concreto y vidrio.
¿Cómo es el estilo de la arquitectura industrial?
El estilo de la arquitectura industrial se caracteriza por ser funcional y minimalista. La estética de la arquitectura industrial se enfoca en la eficiencia y en la optimización de los procesos de producción, por lo que no suele incluir adornos ni elementos decorativos innecesarios. Así pues, podemos describir la estética de la arquitectura industrial de la siguiente forma:
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Funcional: Los edificios industriales están diseñados para cumplir una función específica.
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Minimalista: La estética de la arquitectura industrial se enfoca en la eficiencia y en la optimización de los procesos de producción, por lo que no suele incluir adornos ni elementos decorativos innecesarios.
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Geométrico: La arquitectura industrial se basa en formas geométricas simples y claras.
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Asimétrico: En ocasiones, la arquitectura industrial utiliza formas asimétricas para crear un efecto visual cautivador.
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Moderno: La arquitectura industrial es un estilo moderno y actual.
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Robusto: Los materiales utilizados en la arquitectura industrial, como el acero y el concreto, son resistentes y duraderos, lo que da una sensación de robustez al edificio.
Grandes ejemplos de la arquitectura industrial del siglo XIX y siglo XX
En la vorágine de una nueva era, nació también la “competición” entre países por enseñar al resto del mundo los avances tecnológicos, comerciales y artísticos de la época. Dichos avances se mostraban en las Exposiciones Universales.
Crystal Palace de Londres, 1851.
La primera se celebró en Londres en el 1851, en el Crystal Palace, edificio diseñado por Joseph Paxton, cuyo diseño fue ganado por concurso convocado para la ocasión. El edificio era desmontable, de bajo coste y se construyó en 9 meses en el parque de Hyde Park.
Ya en el 1854, fue desmontado y trasladado a la zona sur de Londres, donde sufrió algunos cambios de diseño para ampliar capacidad. Fue allí donde permaneció hasta que un incendio acabó por destruirlo en el 1936.
New York Crystal Palace, 1853.
Más adelante, en la exposición de Estados Unidos, se volvió a construir un palacio de cristal siguiendo la estela del Crystal Palace de Londres. En esta ocasión los arquitectos fueron George Carstensen y Charles Gildemeister y estuvo situado en el barrio de Bryant Park en Manhattan.
Con una planta de cruz griega y con una cúpula de 30 m de diámetro, albergaba importantes ferias del momento hasta su destrucción en el incendio que se produjo durante una de ellas en 1858.
Palacio de Cristal, Madrid. 1887
Siguiendo la estela de los palacios anteriormente descritos, el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco, fue el encargado de diseñar el Palacio de Cristal en el parque del Retiro en Madrid. Destinado a ser en 1887, un invernadero para plantas tropicales en la Exposición de la Flora de Islas Filipinas.
Actualmente, es una de las sedes de exposición del Museo de Reina Sofía con obras como la que se encuentra actualmente y de la que te recomiendo visualizar el vídeo.
Torre Eiffel, París. 1889
Fueron muchas las exposiciones que tomaron importancia en aquellos años, pero sin duda, la más importante fue la que se celebró en Francia en 1889, ya que decidieron celebrarla como aniversario del centenario de la Revolución Francesa.
Construyeron la Gran Sala de Máquinas, que difería de los Crystal Palace hasta el momento construidos huyendo del tipo invernadero, pero sin duda, la obra más importante hasta el momento fue la Torre Eiffel.
La torre fue diseñada por Gustave Eiffel y está compuesta por 18 mil piezas. Pesaba más de 10 mil toneladas y contaba con 300 metros de altura, siendo hasta entonces, el edificio más alto de mundo. Al principio, causó bastante rechazo en los parisinos, pero la mantuvieron como antena de radio durante la segunda guerra mundial. A principios del siglo XX ya se había convertido en un icono de referencia mundial.
Ejemplos de Arquitectura Industrial en España
Como hemos podido comprobar, fueron muchas las obras arquitectónicas que se construyeron bajo el movimiento historicista y estilo arquitectónico industrial durante este siglo. La mayor parte de los edificios siguen siendo parte del uso público.
Estación de Atocha de Madrid, 1851.
En el caso de España, no solo contamos con el Palacio de Cristal bajo este movimiento, otro ejemplo significativo en el área de la ingeniería Civil, fue la Estación de ferrocarril de Atocha de Madrid, diseñada por Alberto Palacio.
Esta fue construida en el 1851, ampliada en 1865 y en 1984 por el Arquitecto Rafael Moneo. Contsta de una cúpula de hierro y cristal en su parte central, cuyas dimensiones son 152 metros de largo, 48 de luz y 27 m de altura. Fue calculada por el ingeniero Henri de Saint-James.
Mercado de San Miguel de Madrid, 1916.
Otra de las grandes expresiones del estilo industrial modernista en España es el Mercado de San Miguel de Madrid a principios del siglo XX, más concretamente en el 1916.
Diseñado por el arquitecto Alfonso Dubé y Díez e inspirado en el mercado de las Halles de París, en 1913, empezó su construcción.
Su emplazamiento fue el mismo en el que existió la Iglesia Parroquial de San Miguel de los Octoes (donde se bautizó Lope de Vega), que fue demolida a causa de un incendio allá por el año 1790. Posteriormente, quedó una plaza donde mercadeaban productos perecederos bajo tenderetes al aire libre y el cual decidió techarse con este majestuoso mercado de hierro con el fin de higienizar el sitio y la venta de los productos.
Puente Transbordador de Vizcaya, 1893.
En España, también tenemos obras, fruto de la ingeniería civil, enmarcadas en la Arquitectura del Hierro como icono de los avances del país en aquellos años.
Un buen ejemplo es el comúnmente conocido como el Puente de Portugalete de Vizcaya, que fue el primer puente transbordador colgante que se construyó en nuestro país.
Diseño de Alberto de Palacio y cálculo del ingeniero francés, Ferdinand Arnodin en 1893 por iniciativa privada, unía las dos bandas de la ría de Bilbao en el municipio de Portugalete, Vizcaya. Un paso hecho para el turismo hacia los balnearios burgueses de la época, ahorrando un camino en carretera de 20 km.
Este puente, nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, cuenta con una estructura de 4 pies de hierro que soportan una longitud de 146 metros y una altura de 61 m y está sujeta por 8 cables de acero.
Para el transporte de vehículos y pasajeros, dispone de una barquilla capaz de albergar 6 vehículos y hasta 200 personas en un trayecto de minuto y medio. Os dejo por aquí un vídeo para que podáis contemplar esta obra.
Desde luego, una obra maestra de la ingeniería de la época que, como decíamos al principio de este post, está más basada en la necesidad social del momento y en la funcionalidad que en la añadidura de elementos superfluos.
Para concluir, si has llegado a este punto del artículo, seguro que es porque estás interesado en el patrimonio cultural y arquitectónico, por eso te recomiendo la lectura de nuestro artículo Los usos sociales del Patrimonio Cultural y quizás puedas estar interesado en el Curso Superior de Patrimonio Cultural y Artístico + 5 Créditos ECTS.