En los últimos años se ha producido un aumento significativo en la cifra de personas que se han unido a las filas de la alimentación exenta de carne, motivadas por múltiples motivos, entre los que se destacan los éticos, ecológicos o saludables. Hace tan sólo una década sólo un 0,1% de la población española se declaraba vegetariana, alcanzando en nuestros días valores del 0,5% que reflejan esta tendencia al alza, distando aún mucho de la de otros vecinos europeos como Reino Unido o Alemania, donde el porcentaje de vegetarianos alcanza valores del 10% de la población total.
En este amplio universo en verde, cada vez son más las formas de expresión que puede tomar el vegetarianismo, incluyendo términos tan dispares como “vegano”, “ovo-vegetariano”, “ovo-lacto-vegetariano”, “crudivegano” ó “frugívoro”, aportando matices diferentes al primigenio concepto de “vegetariano”. Sin embargo, pese a tratarse de términos diferentes, en el ideario popular tienden a entenderse como sinónimos, cuando realmente no lo son. Por eso, porque un vegano no es igual que un vegetariano, ni un crudivegano que un frugívoro, en este post te explicamos la diferencia.
Dime qué comes y te diré quién eres
- Vegetariano: de acuerdo a la definición propuesta por la RAE, el vegetariano es aquella persona que sigue un régimen alimenticio basado principalmente en el consumo de productos vegetales, no consumiendo carne animal bajo ningún concepto, aunque sí permitiendo el uso de subproductos del animal vivo como los huevos, la leche, yogur, miel…etc.
- Vegano: representa a la facción extrema del vegetarianismo. A diferencia de éste, los veganos siguen una dieta estricta exenta de productos y subproductos animales. Esto es, no incluyen en su régimen dietético ni huevos, ni leche, ni queso, ni manteca, ni miel. Esta corriente “verde” se fundamenta en una completa actitud de respeto al animal, evitando su sufrimiento y la participación en cualquiera de los procesos que impliquen su explotación, y va más allá de la alimentación, eliminándose además cualquier producto animal utilizado en la fabricación textil (lana, cuero…etc.). Se alimentan principalmente de frutas y verduras, granos, legumbres, arroz y frutos secos.
- Ovo-vegetariano: modalidad del vegetarianismo donde además del consumo de productos vegetales, se incluye el consumo de huevos dentro del régimen dietético aunque se defenestra el consumo de productos lácteos y derivados por motivos éticos, puesto que tras la extracción y obtención de dichos alimentos hay prácticas industriales que pueden causar estrés y daño a los animales.
- Ovo-lacto-vegetariano: forma del vegetarianismo que incluye en la alimentación el consumo de huevos, leche y derivados.
- Crudivegano: implica una alimentación basada en alimentos de origen vegetal sin cocinar, evitando cualquier tipo de procesado o cocción que pueda destruir los nutrientes que los hacen saludables e idóneos para el consumo humano. Los crudiveganos afirman que el consumo de alimentos crudos es la forma más eficaz para gozar de una buena salud, además de colaborar con el respeto medioambiental. Consumen principalmente frutas y verduras crudas, hortalizas, raíces, frutos secos, semillas, algas y germinados. Incluye también la posibilidad de consumir alimentos deshidratados.
- Frugívoro: pauta alimentaria basada en una alimentación exclusiva a base de frutas, evitando matar a las plantas consumidas tras la recolección.
Las razones por las que una cada vez mayor cantidad de personas se pasan a la alimentación en verde, incluyen motivos de peso como la creencia de que este tipo de alimentación conduce a mejores niveles de salud y calidad de vida, ya que con su seguimiento se consiguen niveles más bajos de colesterol plasmático, mayor prevención de enfermedades cardiovasculares y enfermedades metabólicas como la diabetes mellitus tipo 2, mejores condiciones ponderales, y una posible relación con una menor incidencia de cáncer.
Si bien es cierto que dichos efectos se observan, también lo es que en su mayoría se deben a la inclusión de un consumo frecuente de frutas y verduras, algo que también ocurre si se sigue de manera adecuada la archiconocida “dieta mediterránea”. Además, con este tipo de alimentación se corre el riesgo de caer en situaciones deficitarias de ciertos nutrientes al excluir el consumo de carne y no recurrir a una adecuada complementación que supla estas deficiencias.
No obstante, ello no quiere decir que no sean viables, y que su seguimiento no pueda ajustarse a los requerimientos nutricionales del adulto sano, sino que es necesario seguir una serie de pautas nutricionales que garanticen la salud del consumidor. Por eso, si piensas sumarte a la alimentación “verde”, no olvides ponerte en manos de profesionales.
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Comentarios
Exelente me encantó: