Cada vez se diagnostican más alergias y muchas de ellas se concretan en los alimentos. Este artículo sobre tipos de alergias alimentarias te ayudará a entender qué son y cuáles son las más frecuentes
Según el libro blanco sobre la alergia de la Organización Mundial de Alergias (una federación global de 84 sociedades de alergia, asma e inmunología clínica) en los últimos años estamos asistiendo a un incremento significativo de las enfermedades alérgicas, tanto en los países desarrollados como en los que no lo son.
Estas enfermedades hacen referencia al asma; rinitis; anafilaxia; alergia a fármacos, insectos; eczema; urticaria; angioedema y, por supuesto, alergias alimentarias. Según este mismo organismo, se ha llegado a estimar que esta clase de alergias afectan a entre 220 y 520 millones de personas en todo el mundo (y a unos 17 millones de europeos).
En muchos lugares del mundo no es obligatorio etiquetar los productos, por suerte en Europa sí
Al mismo tiempo, se hace destacar que en muchas áreas del mundo no existe legislación a este respecto en el etiquetado de alimentos. Afortunadamente este no es el caso de Europa, en donde el Reglamento (UE) 1169/2011 sobre la información que se ha de facilitar a los consumidores incluye la obligatoriedad de declarar la presencia de sustancias o productos que causan alergias o intolerancias que, en nuestro caso se concreta en 14 sustancias. Y ya que se menciona, antes de proseguir es preciso hacer un necesario paréntesis aclaratorio...
Alergia es, pero intolerancia no (sus diferencias)
El error de hablar de alergia o intolerancia alimentaria sin distinguirlas está bastante extendido en el terreno popular, pero no son lo mismo. Ni tienen el mismo origen, ni la misma sintomatología, ni el mismo pronóstico. Además, llegado el caso, su diagnóstico también suele ser completamente diferente.
Partamos de un elemento que es común: tanto alergias como intolerancias alimentarias son consideradas como una reacción adversa a los alimentos que dependen de la susceptibilidad personal. La gran diferencia es que, en el caso de las primeras, las alergias, está siempre implicado el sistema inmunológico, y en las intolerancias alimentarias no, nunca.
Los alérgenos (en la mayor parte de los casos proteínas presentes en el alimento) son los causantes de provocar en ciertas personas una serie de reacciones en cadena en su sistema inmune (en aquellas que sean alérgicas al alérgeno, no así entre la población general), entre ellas la producción de anticuerpos. A su vez esos anticuerpos provocan la secreción de ciertas sustancias (como la histamina) que serían en última instancia las responsables de los síntomas, tales como picor, moqueo, tos o trastornos respiratorios clásicos de una alergia.
Estos procesos no tienen lugar en el caso de las intolerancias alimentarias. Estas dependen de un “error” del metabolismo que no es capaz de digerir, metabolizar o eliminar ciertas sustancias clave que en este caso pueden, o no, ser proteínas. La lactosa, y la intolerancia que provoca tras su ingesta en ciertas personas susceptibles sería un ejemplo claro en el que se contrasta que el elemento causal no es una proteína.
Diferencias entre alergias e intolerancias alimentarias
Las alergias destacan por:
- Ser una reacción del sistema inmunológico que, por error considera a ciertas proteínas presentes en los alimentos como una amenaza.
- Los síntomas se presentan de forma rápida.
- Esos síntomas clásicos de las alergias alimentarias son: eritema, sarpullido, sibilancias y picazón
- Se suelen detectar en alimentos concretos. Las alergias alimentarias más comunes en los adultos incluyen las alergias a ciertos pescados, al marisco, huevo, leche y lácteos (a sus proteínas), algunas frutas, ciertos frutos secos y cacahuetes.
- Algunas alergias tienen una letalidad importante cuando no se atajan a tiempo.
Sin embargo, las intolerancias destacan por:
- No implicar al sistema inmunológico.
- Causar síntomas que aparecen de forma gradual, y es frecuente que después de unas horas tras la ingesta del alimento problemático
- La sintomatología y su severidad es proporcional a la cantidad de alimento ingerido. En ocasiones, pacientes intolerantes a un componente pueden admitir cierta cantidad de alimento sin presentar síntomas.
- Pueden estar causadas por muchos alimentos diferentes.
- En principio, el hecho de ser intolerante a una sustancia presente en los alimentos no implica asumir un riesgo relevante para la vida cuando esta se ingiere.
El anexo 2 del Reglamento (UE) 1169/2011 otorga al consumidor el derecho de estar informado sobre lo que come
Este texto reúne las 14 sustancias o productos de declaración obligatoria en el etiquetado de los alimentos o en la información que ha de estar disponible para los consumidores en cualquier momento de su compra o consumo. Esto es así porque el legislador ha considerado que son aquellas que más riesgo pueden ofrecer en términos de Salud Pública a ciertos consumidores. Vamos a enumerarlos y detallar en cada caso si su inclusión refiere al riesgo potencial de ocasionar alergia o intolerancia:
- Cereales que contengan gluten, a saber: trigo, centeno, cebada, avena, espelta, kamut o sus variedades híbridas y productos derivados [...]: susceptibles de ocasionar tanto alergia como intolerancia en personas predispuestas.
- Crustáceos y productos a base de crustáceos: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Huevos y productos a base de huevo: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Pescado y productos a base de pescado [...]: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Cacahuetes y productos a base de cacahuetes: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Soja y productos a base de soja [...]: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Leche y sus derivados (incluida la lactosa) [...]: susceptibles de ocasionar tanto alergia (a sus proteínas) como intolerancia (a la lactosa) en personas predispuestas.
- Frutos de cáscara, es decir: almendras, avellanas, nueces, anacardos, pacanas, nueces de Brasil, alfóncigos [pistachos], nueces macadamia o nueces de Australia y productos derivados [...]: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Apio y productos derivados: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas. (Nota: la alergia al apio es una de las que más suele llamar la atención en nuestro medio, pero en otras regiones europeas es bastante frecuente. Si te interesa puedes leer más sobre la misma en este post monográfico).
- Mostaza y productos derivados: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Granos de sésamo y productos a base de granos de sésamo: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Dióxido de azufre y sulfitos en concentraciones superiores a 10 mg/kg o 10 mg/litro en términos de SO2 total, para los productos listos para el consumo o reconstituidos conforme a las instrucciones del fabricante [...]: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Altramuces y productos a base de altramuces: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
- Moluscos y productos a base de moluscos: Susceptibles de ocasionar alergia en personas predispuestas.
Dos de cada tres personas creen ser alérgicas a algún alimento
Por último, y muy probablemente debido a que muchas personas sienten un cierto malestar en ocasiones tras haber comido, resulta significativo conocer el dato de que dos de cada tres personas creen ser alérgicas a ciertos alimentos, a pesar de que la prevalencia de las alergias alimentarias es, en realidad, del 2% de la población adulta.
El tratamiento de las alergias, más allá de la posible pauta farmacológica y el hacer frente al posible (e indeseable) shock anafiláctico que en su momento puedan ocasionar, pasará, siempre, por la evitación de esos alimentos concretos. Y para ello, en concreto si se es un paciente con historial alérgico, habrá que estar especialmente atento a las etiquetas de todo aquello que introduzcamos en el carro de la compra.
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