Es muy frecuente pensar que es lo mismo la fitoterapia y homeopatía; sin embargo, son dos alternativas al uso de los medicamentos pero son totalmente distintas.
La diferencia fundamental está en que las plantas medicinales (fitoterapia) actúan sobre la enfermedad mientras que la homeopatía estimula la capacidad de curarse del individuo, es decir, activa al organismo enfermo para que produzca sus propias defensas para combatir la enfermedad. Por eso se dice que se trata al enfermo, y no actúa directamente en la enfermedad.
En la mayoría de los casos se produce este error porque los productos fitoterápicos siempre provienen de plantas, y en homeopatía algunos medicamentos utilizan como sustancia de partida para su elaboración una planta determinada como el árnica, pero también se usan sustancias animales, como venenos de serpiente o abeja, sustancias químicas, como el arsénico, o minerales como la sal de mar.
Además de estas existen otras muchas diferencias que las hacen terapias diferentes tanto en su fabricación como en efectos secundarios, interacciones… Por tanto, vamos a definir cada una para detallar todas estas diferencias.
Fitoterapia
- Tiene como finalidad terapéutica prevenir, curar o atenuar una enfermedad
- Los principios activos están en concentraciones mucho mayores que en los productos homeopáticos
- Las plantas medicinales se metabolizan por el hígado y muchas se excretan por el riñón
- Pueden presentar efectos secundarios y contraindicaciones
- Pueden interaccionar con otros medicamentos aumentando o disminuyendo su efecto
Homeopatía
- Se basa en el principio de "lo similar cura lo similar" por tanto la misma sustancia que en una cierta cantidad enfermaría a una persona sana, en dosis bajísimas serviría como incentivo para la curación de la misma enfermedad estimulando el mecanismo natural de curación que poseen los seres vivos.
- Los medicamentos se elaboran a base de diluciones usando concentraciones infinitesimales del principio activo.
- Al usar concentraciones tan pequeñas no se metabolizan ni excretan a través de órganos
- No presentan efectos secundarios ni contraindicaciones
- No se han descrito interacciones con otros medicamentos ni con las plantas medicinales
Hay que tener en cuenta que un medicamento homeopático y un producto fitoterápico que estén elaborados a partir de la misma planta pueden tener indicaciones y acciones distintas. Este es el caso del Hyperico que en fitoterapia se usa en depresiones y en homeopatía se usa para el dolor y lesiones nerviosas como por ejemplo la ciática.
Por tanto, resulta difícil elegir la adecuada para personas que recurren a terapias alternativas, dependerá del paciente y siempre es recomendable consultar a un especialista antes de su consumo. Pero por lo general la homeopatía está más indicada en enfermos crónicos adaptándolo a la constitución del paciente y a la forma que tiene cada organismo de reaccionar ante una enfermedad. Otra diferencia es que la homeopatía se puede conseguir solo en farmacias mientras que las plantas medicinales además pueden venderse en herbolarios, parafarmacias y otros establecimientos autorizados.
Diferencias entre plantas medicinales y medicamentos
La primera diferencia entre las plantas medicinales y los medicamentos es que su dosificación puede variar significativamente. En los medicamentos las dosis de administración figuran calculadas clara y rigurosamente. La cantidad de plantas medicinales que alguien deberá ingerir es muy relativa y depende de la persona, dolencia y calidad de la planta. En principio, la dosis de planta medicinal que deberá ingerirse será mayor a la de un medicamento, puesto que las plantas medicinales son menos potentes.
Otra diferencia está en la esencia de sus componentes. Un medicamento consiste en una solución química de una o varías sustancias. Por su parte, las plantas medicinales están compuestas de sustancias naturales que se potencian mutuamente y que han de ingerirse en su conjunto.
El efecto de los medicamentos es mucho más rápido, aunque puede generar resistencias en el cuerpo humano a medio y largo plaza. Las plantas actúan más lenta y progresivamente, y no hay que temer a posibles resistencias futuras por parte del cuerpo humano.
Una diferencia decisiva entre las plantas medicinales y los medicamentos reside en los efectos secundarios. No es raro que un medicamento suscite una reacción alérgica, que en algunos casos pueden requerir hospitalización incluso. En las plantas medicinales no se han registrado efectos adversos importantes, puesto que la concentración de principios activos es muy baja.
Tanto las plantas medicinales como los medicamentos tienen sus ventajas, por eso vale la pena considerar la fitoterapia como una terapia alternativa que complemente a un tratamiento médico.
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