¿Sabes qué es la espina bífida?

La Espina Bífida, se define como aquella malformación de carácter congénito desarrollada en el tubo neural del embrión, en su tercera o cuarta semana y que llega a afectar a tres de los principales sistemas del propio organismo, es decir:

• Sistema Nervioso Central
• Aparato locomotor
• Sistema Genitourinario

El resultado que provoca este tipo de deformación no es otro que un abultamiento en alguna que otra vértebra, desprotegiendo así por tanto a la médula espinal.

Tipos de espina bífida tenemos dos, una oculta y otra quística.

En la primera, los signos de malformaciones están desapercibidos, siendo su detección más tardía.

No obstante, en este tipo de espina bífida, pueden desarrolllarse síntomas de tres tipos:

• Genitourinarios: incontinencia urinaria o fecal.
• Ortopédicos: deformidades en los pies.
• Neurológicos: alteración de los reflejos o escasa sensibilidad.

El segundo tipo de espina bífida que podemos encontrar, son las abiertas o quísticas, totalmente distintas a las ocultas, en las que un abultamiento en forma de quiste es percibido en la espalda del niño, y que a su vez puede clasificarse en:

• Meningocele: es una de las deformidades quísticas menos comunes, cuyo contenido suele estar formado a base de líquido cefalorraquídeo y que afecta a meninges y no a nervios espinales.
• Mielomeningocele: este tipo de deformidad quística esta formada por las meninges, médula espinal; es el tipo más común de deformidad, capaz de desarrollar en el niño importantes daños neuronales.

¿Cuál es la causa del desarrollo de la espina bífida?

Factores genético y ambientales son la causa de su desarrollo, especialmente el déficit de ácido fólico por parte de la madre en la fase de la concepción.

Vean aquí la importancia que supone un buen aporte de ácido fólico antes del embarazo y durante.

Para que se hagan una idea, el ácido fólico, lo podemos encontrar y consumir en verduras de hoja verde, carne, cereales e hígado.