Cuando se aproxima el verano, aumenta el número de personas que deciden broncearse de forma artificial mediante cabinas y camas de bronceado. Aunque se trata de una práctica popular, puede entrañar graves riesgos para la salud y en numerosas ocasiones se lleva a cabo en centros estéticos y gimnasios sin la supervisión adecuada.
A pesar de que mucha gente se broncea para tener un aspecto saludable, en realidad el oscurecimiento de la piel que tiene lugar tras una exposición a los rayos UV (ultravioleta) es una señal de que la piel ha sido dañada y por lo tanto, el bronceado no es un signo de buena salud.
¿Qué tipo de radiación emiten los aparatos de bronceado artificial?
Los dos tipos de radiación que emiten estos aparatos son los rayos UV-A y los rayos UV-B:
- Rayos UV-A: tienen una longitud de onda de 315- 400 nanómetros y penetran en las capas más profundas de la piel.
- Rayos UV-B: tienen una longitud de onda de 280-315 nanómetros y penetran en las capas superficiales de la piel. Son los principales responsables de las quemaduras solares. Los rayos UV-B estimulan a los melanosomas para producir la melanina, que se absorbe por los queratinocitos circundantes.
Los aparatos de bronceado artificial están diseñados para proporcionar un bronceado rápido y para ello, emiten rayos UV de alta intensidad. En Europa, la mayoría de ellos emiten radiación UV en niveles equivalentes al sol tropical del mediodía, pero otras pueden emitir rayos UV con intensidades de UV-A que superan cualquier fuente natural.
Aparatos de bronceado artificial y cáncer de piel
Las camas bronceadoras emisoras de rayos UV están clasificadas como carcinogénicas para los seres humanos por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer.
Los rayos UV son causa de los tres tipos de cáncer de piel. Aunque el riesgo de desarrollar cáncer varía en función del tipo de piel, la mayoría de ellos tienen lugar en personas de piel clara. A continuación se indican los 3 principales tipos de cáncer de piel, de menor a mayor severidad:
- Carcinoma de células basales: es el más común de los 3. Se origina en la capa inferior de la epidermis y no suele diseminarse a otras partes del cuerpo.
- Carcinoma de células escamosas: se origina en las células de la capa más externa de la epidermis y puede diseminarse a otras zonas corporales si no se detecta de forma temprana. En función de sus características, pueden tratarse mediante cirugía, radioterapia y crioterapia entre otras terapias.
- Melanoma: aunque este tipo de cáncer de piel es mucho menos frecuente que otros, es el más peligroso al ser el más propenso a diseminarse a otras zonas del cuerpo si no se detecta y se trata a tiempo. El melanoma se origina cuando los melanocitos comienzan a crecer de forma descontrolada. En este tipo de cáncer el tratamiento variará en función de la etapa en la que se encuentre y las opciones incluyen medicamentos de terapia dirigida, cirugía, inmunoterapia, quimioterapia y radioterapia.
Efectos negativos de los rayos UV sobre el organismo
Además de incrementar el riesgo de padecer cáncer de piel, la exposición de la piel a los rayos UV tiene otros efectos nocivos para el organismo.
Agudos:
- Quemaduras: se caracterizan por el enrojecimiento de la piel y dolor en la zona afectada. Suelen aparecer unas horas después del exceso de exposición a la radiación UV procedente del sol o de fuentes artificiales.
- Fotoconjuntivitis: esta afección ocular tiene un efecto parecido al de una quemadura solar en el interior del ojo, que afecta principalmente a la córnea y su principal síntoma es el dolor intenso.
Crónicos:
- Fotoenvejecimiento: los rayos UV-A penetran profundamente en la dermis, ocasionando daños a las fibras de colágeno. Además, la exposición continuada a este tipo de radiación también produce manchas en la piel.
- Fotosensibilización: consiste en un aumento de susceptibilidad de la piel a la radiación ultravioleta.
- Cataratas: se caracterizan por la opacificación parcial o total del cristalino. Uno de sus principales síntomas es la visión borrosa. Si las cataratas no se tratan, pueden llegar a ocasionar ceguera.
Alternativas para un bronceado seguro y saludable
Existen distintas alternativas para obtener un bronceado saludable sin necesidad de exponerse al sol en exceso o utilizar otros aparatos de bronceado artificial emisores de rayos UV.
Autobronceadores: son productos cosméticos que permiten obtener un bronceado artificial sin dañar la piel. Además pueden aplicarse en casa de forma sencilla. En el mercado existen autobronceadores en distintos formatos que incluyen cremas, parches y sprays entre otros.
El bronceado que se consigue con este tipo de productos se debe a la acción de una sustancia llamada dihidroxiacetona o la DHA. Se trata de una sustancia derivada de la caña de azúcar que a se adhiere a las capas superficiales de la piel. Como consecuencia, se produce una reacción química da como resultado que las capas externas de la epidermis adquieran un color similar al bronceado natural.
Bronceado de caña de azúcar: al igual que los autobronceadores incluye la DHA entre sus activos para lograr colorear las capas más externas de la epidermis. Este tipo de bronceado se suele aplicar en cabinas que disponen de distintas formulaciones para obtener un resultado óptimo.
En definitiva, son múltiples los efectos nocivos de la exposición prolongada de la piel a la radiación UV. Por ello, resulta fundamental tomar medidas para minimizar los riesgos. Además, siempre se puede optar por otras alternativas de bronceado más seguras y saludables.
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