A pesar de contar con varios siglos de existencia, el conocimiento de los alimentos probióticos y prebióticos es relativamente nuevo. De un tiempo a esta parte, la popularización de productos con bacterias beneficiosas para nuestro organismo, – orquestada por una fuerte campaña propagandística- , han calado en el consumidor haciendo que estos términos ya formen parte de nuestro vocabulario y alimentación habitual. Sin embargo, a pesar de estar plenamente interiorizados en nuestras pautas de consumo ¿sabríamos diferenciarlos? ¿sabríamos decir cuáles son sus beneficios? y lo más importante ¿sabríamos donde encontrarlos?
Alimentos Probióticos y Prebióticos
No es extraño que con unos nombres tan parecidos, tendamos a no saber cuándo nos referimos a un alimento probiótico y cuando lo hacemos a un prebiótico, usando muchas veces indistintamente esta terminología. Pero ambos conceptos, son diferentes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los alimentos probióticos son aquellos que contienen microorganismos vivos, que cuando son consumidos en cantidades suficientes, confieren al individuo efectos beneficiosos en su salud. Se trata por tanto de organismos externos (bacterias y levaduras) que se incorporan al del huésped buscando provocar un beneficio. Las principales bacterias empleadas como probióticos son las de las especies lactobacillus y bifidobacterium, por ser un grupo de la microbiota totalmente inocuo y altamente beneficioso, presentes en alimentos como el yogur, leches fermentadas, quesos, cereales, panes de molde…etc. y en productos farmacéuticos.
El mecanismo por el que actúan este tipo de alimentos es repoblando la colonia de este tipo de bacterias en el intestino, mejorándolas y promoviendo su desarrollo. De esta manera, al verse incrementado su número, evitan la colonización por parte de otros organismos patógenos que pueden generar enfermedad.
Los alimentos prebióticos en cambio no son organismos vivos, sino que se trata de componentes no digeribles de nuestra dieta, que estimulan el crecimiento o la actividad de las bacterias anteriormente mencionada. Dicho de otra manera, los prebióticos son el alimento de las bacterias amigas de nuestro intestino, fundamental para asegurar su existencia y por ende, el efecto beneficioso que producen.
Los principales prebióticos son dos sustancias: inulina y fructooligosacáridos (FOS), presentes de manera natural en alimentos como el plátano, el diente de león, la achicoria, el tomate, la cebolla, el espárrago, los puerros , los frutos secos, la alcachofa…etc., o adicionados a otros alimentos en forma de suplemento.
En resumen, tanto probióticos como prebióticos, tienen como objetivo estimular la acción de lactobacilos y bifidobacterias, generando una biomasa bacteriana saludable.
Los principales beneficios que se derivan son:
- Potenciación de las defensas y sistema inmunitario.
- Mejora la absorción intestinal del calcio y el magnesio, y favorece la síntesis de vitaminas importantes para la regulación de numerosos procesos biológicos.
- Impiden el crecimiento de bacterias patógenas y la producción de infecciones.
- Mejora del tránsito intestinal y de los trastornos digestivos.
- Disminuye el riesgo de tumores digestivos y enfermedades inflamatorias del intestino.
¿Por qué tomar probióticos cuando seguimos un tratamiento antibiótico?
Una pregunta frecuentemente formulada es aquella que habla de la relación antibióticos-probióticos, justificando uno de sus principales usos.
Los antibióticos son un grupo farmacológico amplio, empleado en la lucha contra las enfermedades infecciosas causadas por bacterias. Cuando son administrados, combaten la infección de manera formidable, aunque por desgracia lo hacen llevándose en su camino tanto a bacterias malas como buenas.
El resultado: una disminución importante en el número de lactobacilos y bifidobacterias, traducido en aparición de diarreas importantes, infecciones por hongos y un debilitamiento general del sistema inmunológico.
Ante tales circunstancias, los probióticos actúan reforzando las colonias de bacterias buenas, restableciendo el equilibrio normal del organismo.
Probióticos, prebióticos: una cuestión de flora intestinal.
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