Melatonina y Obesidad. Consecuencias del ritmo de vida actual
Verónica Vivancos Gómez
A causa del ritmo actual de vida, la mayor parte de la población presenta una alteración del ritmo circadiano debido en parte, a la exposición excesiva a la luz artificial durante la noche y a la ingesta de comida a deshoras. Diversos estudios han asociado estos cambios a un aumento del riesgo de padecer obesidad. Por ello, una de las estrategias propuestas para el control de esta patología sería conseguir regular el ritmo circadiano del paciente. En condiciones normales, de esto se encarga la melatonina. Es un compuesto secretado de forma natural por la glándula pineal de nuestro organismo durante la noche y se encarga de regular nuestro ciclo circadiano.
En algunos estudios en animales, se ha visto que regula la obesidad sin necesidad de reducir la ingesta de alimentos ni realizar actividad física. Sin embargo, hoy en día, debido a los malos hábitos de la población respecto al horario de comidas y sueño, los niveles de melatonina se ven alterados, siendo la ausencia de ésta uno de los factores de riesgo de la obesidad.
La influencia de la melatonina sobre la obesidad se explica mediante la hipótesis de que esta sustancia presenta propiedades termogénicas. La combinación ideal para tratar la obesidad consistiría en reducir el consumo calórico y aumentar el gasto energético, dependiendo este último de diversos factores:
- la tasa metabólica basal en reposo, la cual depende de cada individuo y no se puede modificar.
- la termogénesis y el ejercicio de los músculos esqueléticos, los cuales son factores modificables y por tanto susceptibles de ser dianas para el control de la obesidad. Por tanto, sería en estos sobre los que habría que incidir para regular esta enfermedad.
La termogénesis es la parte de la termorregulación que genera calor en el organismo. El tejido adiposo en mamíferos puede ser blanco, el cual presenta un bajo número de mitocondrias y una elevada proporción de triglicéridos aumentando el riesgo metabólico; o beige o pardo, con un gran número de mitocondrias y expresión de proteínas termogénicas que promueven la quema de grasa generando calor (grasas termogénicas). Es por esto, que se les atribuye efecto contra la obesidad y la diabetes. El tejido adiposo pardo desaparece con la edad y no se vuelve a generar, sin embargo diversos estudios demuestran que el tejido adiposo beige se puede inducir a partir del tejido blanco si se somete a estímulos fisiológicos como la exposición al frío, actividad física o la propia melatonina.
Melatonina y obesidad: el tratamiento que funciona
Por tanto, la administración crónica de melatonina sería una terapia interesante contra la obesidad y diabetes, con un alto perfil de seguridad farmacológica. De cualquier modo, se puede conseguir una regulación de la secreción de melatonina adoptando un modo de vida más saludable y respetando los horarios de comidas y sueño. Así, las causas y tratamiento de la obesidad, ya no se limitan únicamente a la ingesta calórica y el ejercicio, acercándonos poco a poco al control de esta enfermedad cada días más extendida en la población.
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