Los primeros años de vida de todos los niños son muy importantes, pues conforme crecen, irán adquiriendo hábitos que los acompañarán durante toda su vida adulta. Es durante la infancia, cuando comienza el desarrollo físico y emocional. Y adquirir hábitos saludables para niños les ayudará a prevenir posibles enfermedades como obesidad, trastornos cardiovasculares, diabetes, infecciones o problemas psicológicos.
Se denominan “hábitos saludables” a todas aquellas conductas que tenemos interiorizadas en nuestro desarrollo cotidiano y que nos aportan un bienestar. La creación de estos hábitos saludables para niños se debe abarcar distintos enfoques relacionados con la nutrición, actividad física, hábitos de higiene y tiempo libre. Y es fundamental ir introduciéndolos poco a poco y hacer a los padres cómplices, pues se aprende todo lo que se ve.
Hábitos de alimentación saludables para niños
Según la Organización Mundial de la Salud, la nutrición se define como “la ingesta de alimentos en relación con las necesidades dietéticas del organismo”.
Una dieta variada y equilibrada es las bases de una buena alimentación. Para garantizar una alimentación saludable, se debe comenzar en la gestación y en la posterior etapa de lactancia, ya que esto supone una inversión en salud para el futuro del recién nacido, pues se ha demostrado que estilos de vida poco saludables nutricionalmente, pueden comenzar en la niñez y se acumulan a lo largo de la vida.
Es por ello, que tanto padres, familiares, cuidadores, profesores y amigos deben tener la responsabilidad de promover una dieta saludable y apoyar los siguientes puntos:
- Iniciarlos en el consumo de alimentos vegetales como fruta, fresca, hortalizas, legumbres, frutos secos, cereales integrales (pan, pasta y arroz) y aceite de oliva virgen extra. Y en menor cantidad el pescado, los huevos y lácteos.
- Reducir el consumo de alimentos ricos en calorías de bajo valor nutricional como productos de bollería, repostería, bebidas azucaradas, carnes rojas y derivados cárnicos como los embutidos.
- Elegir el agua como bebida principal.
- Consumir al menos 3 raciones de fruta y 2 de verduras al día.
- No comer con prisas y masticar despacio.
Buenos hábitos de actividad física para niños
Son muchos los cambios fisiológicos y psicológicos que conlleva el crecimiento de los más pequeños, y esto afecta a las necesidades del presente y del futuro, pues mejora la calidad de vida, ya que incide en su bienestar psicológico y en su forma física.
Practicar ejercicio físico de forma habitual ayuda al desarrollo, puesto que permite mejorar el sistema cardiorrespiratorio, la condición muscular, la salud ósea, la composición corporal y los síntomas de depresión, así como enfermedades crónicas no trasmisible como hipertensión, diabetes tipo II, osteoporosis, obesidad y sobrepeso…
Las recomendaciones actuales marcan que los niños deben realizar al menos 60 minutos al día de actividad física, con una intensidad de moderada a alta, sobre todo con ejercicios aeróbicos (como ir en bici al cole, jugar al fútbol o baloncesto, bailar, correr…).Y complementar 3 días a la semana con ejercicios de fuerza (como sentadillas, patada atrás, saltar a la comba o zancadas hacia los lados.)
Algunos hábitos saludables fáciles de adaptar son:
- Subir por las escaleras y evitar ascensores
- Limitar el uso de la tecnología a 1 hora al día (videojuegos, tele, móvil…)
- Ir andando o en bici al colegio
- Apuntarse a actividades extraescolares deportivas
- Incorporarlos en las tareas domésticas de casa que impliquen actividad física.
Buenos hábitos de higiene para niños:
Otros hábitos de vital importancia que afectan a la salud en general son los relacionados con la higiene. Ya que se ha comprobado que las pequeñas rutinas que estructuran la higiene personal evitan malestares relacionados con virus y bacterias.
Esta higiene comprende a las medidas y normas que deben realizarse de manera individual para mantener una apariencia física correcta. Esto incluye el aseo del cuerpo, es decir, el cuidado de la piel, las axilas, el cabello, los órganos genitales externos, las manos, la cara, la cavidad bucal y los dientes, así como la higiene de la ropa y zapatos.
La correcta higiene personal se consigue adquiriendo los distintos hábitos:
- Lavado de manos al llegar de la calle y antes de comer
- Baño diario de cuerpo y pelo
- Mantener las uñas cortas y limpias de manos y pies
En cuanto a la salud oral, cabe destacar, que la mayoría de las enfermedades se pueden prevenir. Como, por ejemplo, la caries dental que puede llevar a la destrucción de las piezas dentales si no se tratan.
Las recomendaciones en este aspecto son:
- Desde los primeros meses, se deberán lavar las encías de los bebes después de cada toma y conforme aparezcan los primeros dientes, comenzar con el cepillado dos veces al día. Conforme van creciendo se aconseja dejar a los niños que ellos mismos se cepillen hasta llegar a las 3 veces al día.
- Aconsejar abandonar el uso de chupetes y biberones antes de los 2 años.
- Acudir a revisiones con el odontopediatra cada 6 meses.
Buenos hábitos en el tiempo libre para niños:
Ya pasamos a la franja de tiempo libre, y es en estas horas donde el ámbito familiar debe general alternativas de ocio.
La clave del éxito para conseguir que los niños se involucren y disfruten, son la organización y la preparación de actividades atractivas y beneficiosas. Con estas tareas los niños aprenderán que se puede pasar bien, todos juntos, de forma que se colabora en la formación de vínculos y relaciones de complicidad y comunicación.
Esto se puede conseguir con unos sencillos pasos que ayudarán a la creación de buenos hábitos de conducta:
- Proponer planes adaptados a los periodos evolutivos de cada uno de los miembros
- Valorar diferentes planes de manera democrática, respetando los gustos y habilidades de todos.
- Aprovechar el buen tiempo para hacer excursiones en la naturaleza, aprendiendo de los animales y plantas.
- Los días fríos o lluviosos, optar por visitas a museos u observatorios.
En resumen, los niños de hoy son el futuro de mañana y debemos asegurar que crezcan fuertes, sanos y felices. Y si en la infancia adquieren unos buenos hábitos de alimentación, ejercicio físico, higiene y conductual, lo más probable es que se mantengan en gran medida a lo largo de su vida adulta y puedan evitar enfermedades relacionadas con malos hábitos.
Es importante destacar, que son los padres, los principales ejemplos que los niños toman como referencia, por lo que hay que dar ejemplo, como ya nos decía Albert Einstein, “educar con el ejemplo no es una manera de educar, es la única”.
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