¿Sabes qué información debe contener la etiqueta de los productos alimentarios?
En el etiquetado alimentario se han sufrido cambios significativos en los últimos años. El Reglamento (UE) 1169/2011 entró en vigor en diciembre de 2011, siendo aplicable desde diciembre del 2014, donde se hizo imprescindible informar de los alérgenos que contiene un alimento o la posibilidad de encontrarlos en el producto. Hace meses hablamos de este reglamento en relación a la información que debe aparecer de forma imprescindible si el producto o alguno de sus ingredientes, es uno de los 14 que detalla dicha normativa.
Es obligatoria la información de Hidratos, Energía, Grasas, Proteínas y sal en el etiquetado nutricional.
En 2015 pasó a tener que detallarse la procedencia o lugar de sacrificio del animal que compone el alimento. Antes sólo era obligatoria la indicación en carne fresca de vacuno, frutas y hortalizas, miel y aceite de oliva, ampliándose ahora a cerdo, ovino, caprino y aves de corral.
Dicho reglamento recoge en un único documento normativo las reglas establecidas en materia de etiquetado, presentación y publicidad de los productos alimentarios, etiquetado nutricional así como información sobre la presencia de alérgenos, siempre con el objetivo de favorecer la circulación libre de productos en el territorio europeo.
Los cambios sobre el etiquetado de los alimentos desde el 2016
Desde el 13 de diciembre de 2016 pasa a ser obligatorio el etiquetado nutricional, según el Reglamento 1169/2011, debe aparecer la composición nutricional del producto desglosada en:
- Energía
- Grasa (destacando cuál es saturada del total)
- Hidratos de carbono (destacando cuál es azúcar del total)
- Proteínas
- Sal
Esta información debe ser plasmada en una tabla y ser detallada por 100g o 100 ml de producto, pudiendo ser ampliada siempre que se quiera por el productor y añadir ácidos grasos monoinsaturados, almidón, fibra, vitaminas o minerales.
Esto viene a clarificar la composición nutricional de todos los productos envasados y las bebidas (a excepción de las alcohólicas y alimentos no envasados) para poder realizar comparativas entre productos similares o marcas comerciales.
Las propuestas para etiquetados más claros
Ahora, esta información será ampliada con la intención de un etiquetado nutricional menos “incomprendido” por el consumidor. Para intentar subsanar el problema de desconocimiento o confusión al que llega al girar el producto e intentar interpretar la etiqueta. Desde el 2011 se han propuesto una serie de modificaciones o ampliación de la información a detallar:
- Se pretende que la información sea más legible, por ello, se aumenta el tamaño de la letra siempre que el envase lo permita. Si el envase es mayor a 80 cm2, la letra no puede ser inferior a 1.2 mm mientras que pasa a ser de 0.9mm si es inferior.
- Especificación del país de origen si se trata de un producto cárnico (ya desde 2015).
- Al hablar de aceites vegetales, será obligatorio indicar de qué tipo de éste hablamos.
- Debe de figurar toda la información de la etiqueta sin distinción del modo de compra, por lo que en la venta on line, igualmente es necesaria mostrarla.
- Para evitar fraudes y dejar claro que por ejemplo, una producto cárnico o de pesca ha sido producido con partes de otros se debe de informar de esto con la mención de “carne/pescado reconstruida/o” o “elaborado a partir de”.
- Hay una serie de menciones que se convierten en obligatorias para indicar si se ha producido en atmósferas modificadas, si contiene edulcorantes, cafeína…
- Pasa a ser obligatoria la información de la fecha de congelación y descongelación.
- Debe de hacerse alusión a los materiales artificiales que hay presentes incluso si están a nivel muy bajo (nanomateriales)
Aún queda mucho por hacer y esclarecer en cuanto a la información real de un producto alimentario ya que en muchas ocasiones, son leyes ambiguas, difíciles de aplicar o simplemente, demasiado laxas. Hay un marketing alimentario muy agresivo que roza la legalidad y que utiliza un vocabulario que puede llegar a confusión. Las autoridades actúan e intentan frenar una práctica que, debido a la permisibilidad anterior, hoy en día, no es nada fácil de erradicar.
Con estas actualizaciones y aclaraciones en el etiquetado nutricionales se pretende luchar contra el fraude alimentario que puede llegar a ocasionar un importante problema de Seguridad Alimentaria. Aunque la etiqueta no va a ser lógicamente con carácter terapéutico, sí que puede y debe ayudar a un consumo responsable, ya que, como se puede comprobar cada día, hay muchas enfermedades crónicas que son consecuencia directa de nuestra alimentación y estilo de vida.
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