El embarazo, requerimientos nutricionales aumentados.

La típica frase de la embarazada de “tengo que comer por dos” no es muy desacertada. Durante el embarazo, se producen una serie de fenómenos fisiológicos que hacen aumentar el metabolismo basal de la mujer. En 2013, en un informe de la OMS se advertía de que “un aumento escaso de la madre durante el embarazo debido a una dieta inadecuada aumenta el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y defectos congénitos”. Las recomendaciones nutricionales de la FAO/OMS se ven incrementadas en todos los componentes nutricionales, lo cual se traduce en “un cambio de las características de la dieta o bien, la necesidad de una suplementación de algunos nutrientes”.

Durante la gestación se produce un incremento de las necesidades energéticas, lo que podría traducirse en un aumento promedio, que puede llegar a 350kcal/día en la última etapa de la gestación.

• Este incremento, en cuanto a requerimiento proteico se refiere, se ve aumentado en un 12% aproximadamente y esto es así debido a la gran cantidad de cambios fisiológicos y energéticos que se producen con la creación de nuevos tejido y expansión sanguínea. Por supuesto, hablamos de una proteína de alto valor biológico y compensada tanto de origen animal como vegetal.

• Otro nutriente a tener en cuenta por su aumento de necesidad es el hierro, ya que es muy común la aparición de anemia en estado de embarazo, por ello los requerimientos se pueden ver aumentados, por lo que si el hematocrito es inferior en el primer trimestre a 36%, se suela recomendar una suplementación del mineral, aunque sólo si hubiera signo de déficit. Es importante recordar la idoneidad de tomarlo con bebidas cítricas y sin la combinación con leche para que se produzca una mejor absorción.

• Con respecto al calcio, también se produce un aumento en su requerimiento, teniendo en cuenta que hablamos casi del doble del requerimiento normal, es importante subrayar la necesidad de ingesta de productos lácteos, espinacas, garbanzos o sardinas entre otros, aunque también hay que decir que no se requiere de una suplementación, ya que se aumenta la capacidad de absorción de éste de manera natural en la madre.

• Con respecto a las vitaminas, es bien sabido por todos que el Ácido fólico es especialmente importante incluso antes de quedarse embarazada si ésa es la intención, ya que sus requerimientos se ven aumentados de manera importante. Aunque para que no cunda el pánico, hay que decir, que muchas de estas vitaminas, ya se encuentran en depósitos maternos suficientes, por lo que una suplementación externa, sólo será necesaria en casos muy concretos y siempre tras una recomendación de un especialista.

Hay que dejar muy claro, que los hábitos alimenticios, si son correctos, debe adaptarlos a las nuevas exigencias y elegir alimentos que aporten aquellos nutrientes que necesiten de una suplementación. Para ello, daremos algunos ejemplos:

Leche y productos lácteos, nos proporcionarán proteínas, calcio, vitamina D y A sobre todo. Pan, leguminosas y cereales de grano entero son importantes para cubrir necesidades de hidratos de carbono, fibra y vitaminas del tipo B. Carnes, pescados, aves y huevos nos proporcionarán proteína, vitaminas del tipo B, hierro y ácido fólico de buena calidad, así como vegetales y hortalizas serán en acompañante perfecto para proporcionarnos hierro, ácido fólico, fibra y minerales, sin olvidar por supuesto a las frutas, como fuente de vitaminas y minerales.

No hay que obsesionarse con el estado de gestación, debe de imperar el sentido común y no creer que un suplemento nos va a ayudar, si verdaderamente, no lo necesitamos. Por lo que el mejor consejo que se puede dar sería que se disfrute al máximo de la sensación de estar formando vida, sin estrés, sin agobios y sin obsesionarse.

El porvenir de un hijo es siempre obra de su madre – Napoleón I