Todos hemos oído muchas veces a lo largo de nuestra vida la importancia que tienen las horas de sueño en nuestra salud, sin embargo no se trata simplemente de dormir mucho, sino de añadir calidad a las horas de sueño.
Y… ¿en qué consiste dormir bien?
Como nos señala Antonio Vela, catedrático de Pisquiatría en la facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid: “Para dormir bien, primero hay que proponerse dormir y poder dormir”.
Según datos de la OMS un 40% de la población no duerme bien. Existen numerosos estudios que indican que hay factores que nos van a ayudar a conseguir una mejor calidad de sueño y entre ellos se encuentran los siguientes:
Puede parecer contradictorio, pero está comprobado que dormir mucho es contraproducente, incluso para algunas personas las 8 horas diarias de sueño que siempre se han recomendado ya es mucho. Los expertos afirman que el número de horas adecuadas de sueño va a depender de cada persona, es más, dormir poco está asociado a una tasa de mortalidad menor que aquellos que duermen mucho.
No obstante, si se quiere tener un referente de horas de sueño aconsejables podemos decir que el rango está entre las 6 horas y media y 7 horas y media.
- Cuidar el horario de sueño
Despertarnos a media noche puede crearnos ansiedad al pensar que ya no dormimos bien ni lo suficiente, sin embargo esto es un error, ya que según el patrón natural de nuestro organismo lo normal es dormir entre 3 y 4 horas, permanecer en vigilia unas 2 horas y posteriormente volverse a dormir otras 3-4 horas. Si investigamos en la historia podríamos comprobar que fue a partir del siglo XIX cuando se ha ido perdiendo la costumbre de segmentar el sueño en dos etapas.
- Ni con hambre ni con hartura
Lo aconsejable es que hayan pasado unos 90 minutos desde la cena hasta la hora de irse a dormir y que no sea muy abundante para que podamos dormir sin digestiones pesadas, por otro lado tampoco ayudaría al descanso irse a a la cama con hambre.
Según advierten muchos expertos, visualizar pantallas luminosas (ordenadores, televisión, móvil…) antes de irse a dormir así como tener aparatos cargándose en la habitación producen alteraciones del sueño por estimulación del cerebro, también se ha comprobado que la luminosidad de las pantallas produce alteraciones en la glándula pineal encargada de la secreción de la melatonina, hormona reguladora del ciclo sueño/vigilia.
Realizar ejercicio es muy beneficioso, pero no a cualquier hora, pues por la noche puede estimular el organismo e impedir conciliar el sueño. El mejor momento para realizar ejercicio es a media tarde pues ayuda a desestresarse tras el trabajo y los beneficios son mayores por el ciclo del sistema hormonal.
Merece la pena seguir las recomendaciones que los expertos nos dan para poder tener un buen sueño reparador, los efectos que tiene en nuestro organismo no dormir bien, tanto a largo como a corto plazo, son muy perjudiciales, algunos pueden ser:
- Favorece la obesidad y la diabetes.
- Disminuye el sistema inmunitario, con el riesgo asociado a contraer más infecciones y enfermedades.
- Disminución del tejido cerebral.
- Pérdida de memoria y disminución de la concentración.
- Alteraciones en la presión sanguínea y por tanto aumento de complicaciones cardíacas.
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