Tu genética no determina tu salud por completo. A través de la dieta nutrigenómica también puedes regular su actividad y prevenir enfermedades.
¿Qué es la nutrogenómica?
Es un campo de estudio que analiza la forma en que nuestra composición genética puede influir en la manera en que nuestros cuerpos absorben y metabolizan los micronutrientes.
¿Influye lo que comes en tus genes y en tu salud?
Uno de los campos más estudiados, el cáncer, muestra que solo un 5% de los tumores de todos los órganos están en relación directa con factores heredables.
El resto (el 95%) responden a cambios genéticos producidos por factores externos como:
- El tabaco
- La dieta
- El sedentarismo
- El estrés
- Las infecciones
Es decir, los genes pueden ser activados y también desactivados por influencias recibidas del entorno.
¿Importan los factores externos?
Los investigadores estiman que alrededor del 90% de los 23.688 genes que conforman el genoma humano se activan o dejan de hacerlo en relación con las señales del ambiente.
La acción sobre los genes de agentes externos como los alimentos define tanto tu salud como la enfermedad.
Es un proceso complejo por el que un estímulo externo, como podría ser un alimento, activa un gen y pone en marcha su funcionamiento.
Más técnicamente:
- Una molécula alimentaria (vitamina, mineral, ácido graso o compuesto antioxidante) activa un receptor en la membrana de una célula.
- Este receptor pone en marcha mecanismos que se dirigen hacia el núcleo. En el núcleo es donde se halla el cromosoma que recibe el mensaje.
- Al recibir el mensaje se acciona el gen que activará la fabricación de una proteína a través del ARN correspondiente.
Tu estilo de vida, la manera en que te ejercitas, a qué hora duermes y lo que comes, crean modificaciones químicas. Todo eso puede cambiar la expresión de tus genes. La dieta nutrigenómica podría ser la clave para poder alterar la expresión de tus propios genes.
De entre todos los factores ambientales, la dieta es el más importante. Ya que desde la concepción y a lo largo de la vida, el ser humano está continuamente expuesto a ella. Además, presenta grandes posibilidades de modificación y de adaptación a los requerimientos concretos de cada persona.
En realidad, eres lo que comes, y lo que eres, comes, y ambas son válidas. Por un lado, lo que comes influye en tu humor, salud y bienestar general. Por otra parte, el surgimiento de la nutrigenómica, la nutrición personalizada y la dieta nutrigenómica ofrecen más información sobre la manera en que los alimentos y la nutrición afectan a tu cuerpo.
¿Qué dicen los estudios sobre la nutrigenómica?
En los últimos años, los estudios nutrigenéticos han permitido la identificación de variantes genéticas asociadas con la susceptibilidad a ciertas enfermedades, potencialmente modificables a través de la interacción con factores dietéticos.
Existen ejemplos de interacciones gen-dieta en las denominadas enfermedades metabólicas clásicas, como la galactosemia, la fenilcetonuria, la hiperhomocisteínemia congénita, etc.
En ellas se puede modificar el fenotipo con una dieta adecuada y compatible con la actividad enzimática, que ha resultado dañada por la mutación genética. Por ejemplo, dietas bajas en galactosa, dietas bajas en fenilalanina o dietas ricas en ácido fólico, respectivamente.
A partir de este modelo de interacción gen-dieta y de las enfermedades monogénicas, se quiere ampliar el conocimiento a las enfermedades más complejas y prevalentes, como son las ECV, el cáncer, las demencias, la DM, la obesidad, etc.
¿Cómo sería en el futuro?
En base a estos conocimientos, se puede practicar una medicina de precisión que tiene en cuenta diferencias interindividuales, tales como el perfil genético, el microbioma y los factores ambientales.
En relación con la alimentación, viendo el genoma de alguien podemos saber si tiene más o menos riesgo de obesidad, diabetes, colesterol alto, cáncer o enfermedades neurodegenerativas.
Y lo que la nutrigenómica estudia es la interacción de la dieta y cómo esta nos puede ayudar a minimizarlo, prevenirlo o evitarlo.
Es decir, a partir de un análisis genético o de una observación de los síntomas, se puede hacer un tratamiento personalizado.
La aplicación de la nutrición de precisión tiene en cuenta no solo el patrimonio genético de las personas, sino sus preferencias, su percepción del sabor, las mejores técnicas de cocción, el empleo de especias, el placer y el disfrute de la comida.
A mayor riesgo de enfermedad, cobra mayor importancia un estudio completo de la persona, con el fin de utilizar un tipo de nutrición favorable para su genética y sus vulnerabilidades.
Pero para ello, son necesarias todavía más investigaciones, y conseguir también un mejor conocimiento del genoma.
¿Te debes hacer une estudio genético?
En España te puedes realizar un estudio genómico completo a partir de la saliva por unos 2.000 €, casi la mitad de lo que cuesta en Estados Unidos.
Hay que tener en cuenta que apenas estudian el 2% del código genético porque, de momento, se desconoce cuál es la utilidad del 98% restante, al que hasta hace poco se le denominaba "ADN basura".
Un extenso documento te informa de tu origen genético y el de tus ancestros, de tus posibles riesgos o bien de alteraciones ligadas a síndromes raros y enfermedades diversas. Además de tu predisposición a diversos sabores y tu sensibilidad al ruido o a diferentes medicamentos.
El riesgo de cáncer y los problemas de metabolismo reciben especial atención. Lo que produce más perjuicio que beneficio, al generarte un estado de alerta y ansiedad, que hace que te arrepientas de haber solicitado el estudio.
Por ahora, lo mejor es seguir las recomendaciones generales
Puedes cuidar tu salud con una dieta equilibrada.
Si además reduces tóxicos y medicamentos, practicas un ejercicio físico moderado y mantienes el estrés a raya, tienes las directrices básicas de una vida saludable.
Con menos sobrepeso, enfermedades metabólicas, autoinmunes, degenerativas, mentales y cáncer, y con unas condiciones óptimas de bienestar físico y realización personal.
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