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Dieta cetogénica
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La dieta keto o el Santo Grial de la moda dietética

Es muy probable que hayas oído hablar maravillas sobre la dieta cetogénica en infinidad de canales (típicamente Youtube, Instagram, etcétera). Este planteamiento representa junto al tema del ayuno intermitente y al de la cultura hiperproteica, el triple combo de la moda nutricional. Y digo bien “moda” y no ciencia.

Las modas vienen y van (por ejemplo la pata de elefante o las barbas hipster) y se es más o menos top haciendo hoy una cosa y mañana otra. A diferencia de lo que pasa con la ciencia, que es avance (nota: en ocasiones la ciencia se deja influir por las modas. A fin de cuenta esa ciencia la hacen personas, y no somos perfectos. Pero dejemos este tema para otra ocasión).

Como buena moda en el candelero, el mensaje se transmite a través de dos grandes motores que ejercen una gran influencia en la población general: 1º las promesas de obtener resultados espectaculares (tan maravillosos como irreales) y; 2º los influencers de “buen ver” que con su lustroso físico nos dan a entender que ellos lucen así porque siguen sus propios consejos. Cuestión esta que en la mayor parte de los casos no es cierta. Así pues, destripemos qué implica eso de “entrar en cetosis”, lo conveniente que puede llegar a ser, y la auténtica realidad de hacer una keto-dieta.

¿Qué es la dieta cetogénica en realidad?

Consiste en seguir un patrón dietético tal que nuestro metabolismo termine en la formación de “cuerpos cetónicos”, una serie de compuestos que se identifican en la sangre (y de ahí también en la orina y en el aire que exhalamos al respirar), y que se generan ante determinadas circunstancias. Esas situaciones suelen estar asociadas a dos circunstancias: a la falta total de alimento y, más en concreto, a la falta de carbohidratos en la dieta (o estar presentes en una muy baja cantidad). Los cuerpos cetónicos son tres: el ácido acetoacético, el ácido betahidroxibutírico y, menos frecuentemente, la acetona.

Así, y ante la falta de una fuente inmediata de energía, estos compuestos se utilizarían como combustible. El gran argumento de venta que suele emplearse por los gurús dietéticos para hacer palanca y convencerte con lógica aplastante de las virtudes de la ketodieta, consiste en hacerte saber que los cuerpos cetónicos se obtienen de los ácidos grasos (provengan de la dieta o de nuestro tejido adiposo). Pero si te lo cuentan ellos usaran frases más impactantes como: entrar en cetosis implica que estás quemando tu propia grasa.

¿Es saludable intentar entrar en cetosis?

De esta forma, para “entrar en cetosis” (ya está, ya he dicho las palabras mágicas) es preciso realizar un conjuro dietético consistente, más o menos, en incluir cerca de un 20% del valor energético total de la dieta en forma de proteínas, y no más del 10% en forma de glúcidos (esta es la verdadera madre del cordero).

Esto nos deja la situación de que el resto de las calorías, en torno al 70%, habrá habrá que aportarlas en forma de lípidos. Con estas cifras es fácil contrastar que la dieta cetógénica podrá ser muchas cosas, pero si algo hay seguro, es que no es un sistema dietético fácil de seguir en nuestro actual contexto.

¿Funciona la dieta cetogénica?

En mi opinión, una de las principales fortalezas de este tipo de planteamientos es fruto de la última reflexión: con independencia de la mayor o menor bondad del reparto de macronutrientes y de su efecto sobre el metabolismo, hacer una dieta keto implica salir, y de forma radical, del contexto alimenticio malsano basado en ultraprocesados en el que estamos inmersos. Es decir, ya no es tanto que se siga un determinado estilo dietético, es que se deja de seguir uno de los peores y que además es especialmente cómodo, accesible y económico. De todas formas, para responder de forma directa sobre si la ketodieta funciona o no, antes habrá que preguntar ¿para qué?

La dieta keto tiene más de cien años

Tradicionalmente, y me refiero a hace más de 100 años, la dieta cetogénica se propuso como un tratamiento coadyuvante de casos de epilepsia refractarios a otros tratamientos, y de forma típica en edades pediátricas. Así, una reciente revisión Cochrane, concluye que esta sigue siendo una opción válida para aquellos pacientes con epilepsia refractaria o para los que la cirugía no es una opción.

No obstante, en el aspecto más realista posible y más allá de la epilepsia, este mismo trabaja señala que en todos los estudios que formaron parte de la revisión se reportaron efectos adversos por seguimiento de esta dieta (principalmente estreñimiento causado por un mal planteamiento de la dieta, algo que es frecuente). Además, las tasas de abandono fueron altas, en especial por la escasa adherencia que genera esta forma de alimentarse.

La dietas bajas en carbohidratos son las más estudiadas y demandadas

Dentro también de las aplicaciones clásicas, es inevitable mencionar las aportaciones del Dr Atkins y su dieta (en esencia cetogénica) quien hace 50 años propuso su sistema como adelgazante. Y sí, en condiciones de laboratorio la dieta Atkins, o si se prefiere la cetogénica, funciona bastante bien, pero ¿Quién vive de forma constante en un laboratorio o bajo las condiciones de un ensayo clínico? La respuesta, como bien sabes es nadie, y por eso, en la práctica la población mundial tiene (y al parecer seguirá teniendo) los problemas de obesidad que ya conocemos.

¿Pero cómo es posible si tenemos la dieta cetogénica que ha demostrado funcionar? Lo más probable es que sea así porque, en nuestro entorno, la dieta cetogénica tiene que competir con una oferta dietética tal que, siendo incompatible con la cetosis, la desbanque en el momento de realizar las elecciones.

Más allá de la epilepsia, de la obesidad, de la diabetes y de las enfermedades cardiovasculares, la dieta cetogénica se ha venido estudiando en los últimos años al respecto de su posible uso en otras patologías como Cáncer (estudio en el que por cierto sale a relucir, de nuevo, lo difícil que es mantener en el tiempo este patrón dietético) ovario poliquístico, etcétera sin que de momento haya una evidencia sólida al respecto de su utilidad práctica.

¿Es peligrosa la dieta keto?

Según se mire. En realidad, la cetosis inducida por la dieta es una respuesta fisiológica natural fruto de la escasez de glúcidos en la dieta (haya o no algo que comer, claro).

Sin embargo, la “cetosis saludable” tiene sus límites, que son estrechos y que, al mismo tiempo, no es inmediato el ponderar la concentración de los cuerpos cetónicos en sangre, aliento u orina.

Por lo tanto, la primera advertencia que habría que hacer, es que la dieta cetogénica, si se plantea, debiera hacerse de la mano de profesionales. O, dicho de otra forma, que si ves a una atlética influencer en mallas o a un fornido instagramer en camiseta sin mangas recomendar este tipo de dietas sin hacer la menor salvedad, lo mejor que puedes hacer es mandarlos a paseo y cambiar de referentes.

Conclusión sobre la dieta keto

A modo de resumen, más allá de patologías más o menos complicadas, el abordaje de la composición corporal, la obesidad y cuestiones afines a través de la dieta cetogénica no debe ser considerada como una estrategia ni universal, ni sencilla y ni mucho menos popular.

Debiera proponerse exclusivamente a pacientes que van a tener un estrecho seguimiento sanitario o, que en su defecto, fueran personas con la cabeza bien amueblada y unos amplios conocimientos sobre cuestiones dietéticas. Y además, aun en esos casos, su utilización no debería plantarse nunca como una estrategia vitalicia; lo que refuerza la necesidad de estar bien asesorado en su uso.

Categorizado en: Biosanitario

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      Comentarios

    1. Juan Revenga dice:

      Hola Erick, gracias por dejar por aquí tu experiencia. Valga la misma para volver a recomendar y hacer hincapié en que este tipo de opciones alimentarias han de estar estrechamente pautadas y supervisadas por un profesional sanitario. No son para todo el mundo y, para los que sí pueda ser una opción, tampoco lo será en cualquier momento. Veo que te interesas mucho por el mundo de la nutrición, así que te invito a que leas otros artículos relacionados en este canal. Un cordial saludo.

    2. Erick Saldaña dice:

      Hola Juan, tengo un año haciendo una alimentación baja en carbohidratos y mi cetosis varia de .4 a 2.5 mMol/L obvio dependiendo de diferentes factores pero te puedo decir que mi promedio es 1.1 mMol/L en sangre. Lo mas difícil es dejar de comer carbohidratos viendo eso como un grande sacrificio. Una vez que te acostumbras ya no es tan difícil, ademas hago ayuno de 20 hrs o mas todos los días. Baje en total 25kg hago HIIT por lo menos 5 veces a la semana. Mi porcentaje de grasa hoy día es de 11.7
      Tal vez sea de los pocos pero te puedo decir que estoy muy satisfecho con lo que hecho hasta ahora. 

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