Según un artículo del periódico “El mundo” de Julio del 2016, los datos sobre el
incremento del sobrepeso y la obesidad en España estaban empezando a alcanzar niveles verdaderamente preocupantes; se estima que en el 2020 el 30% de la población española padezca obesidad.
Actualmente los adultos obesos representan el 25% de la población y en el caso de los niños estaríamos hablando de porcentajes que oscilan entre un 15% y un 18%.
Aunque desde hace algunos años se está intentando implantar la dieta mediterránea para paliar la obesidad, lo cierto y verdad es que los datos son concluyentes, la gente consume muchas más grasas saturadas y azucares refinados de lo que deberían. El problema quizá esté en la costumbre o en el convencionalismo. Y esta costumbre han hecho que los malos hábitos al comer hayan aumentado lo casos de obesidad, ya es cierta la relación entre desayuno y obesidad.
¿Quién determinó que después de comer un primer plato y un segundo plato se debía comer un postre azucarado? ¿Quién eligió el bocadillo de embutido como mejor opción para los niños en el recreo? ¿Por qué el cine se toma Palomitas de maíz y refrescos azucarados?... El número de preguntas de este tipo podría ser infinito y la respuesta dudo mucho que sea fácil de responder, sin embargo, sí parece claro que hay alguien que se está beneficiando de todo esto ¿No?.
El informe que realiza Sanidad a través de la Agencia Española de Consumo (el informe Aladino); estima que el 15,5% de los niños sólo desayuna Líquido (leche o zumo) y que uno de cada cinco suele acompañarlo de bollería.
Desayuno y obesidad: los errores del desayuno español
Lo más común entre las familias españolas es ofrecer a los más pequeños (el estudio es entre 20.000 niños de edades comprendidas de los 6 a los 9 años), leche, bollería, galletas, cacaos y cereales.
Estas alternativas que ofrecen a los niños son sin duda rápidas y apetitosas para los más pequeños, al fin y al cabo, son prácticamente chuches; con el fin de alargar unos minutos la hora de levantarse y salir a toda prisa con la mochila para el colegio, muchas familias optan por abrir un envase y ponerlo delante del pequeño para que por lo menos desayune algo antes de ir al colegio.
Sin embargo, y esto es sólo una opinión, leyendo la lista de ingredientes quizá sería preferible no hacerlo.
Según un estudio realizado por la Universidad del Sur de California y la Universidad de Oxford, alertados por el desmedido uso que se le está dando al Jarabe de Glucosa como sustitutivo, o aditivo en algunos casos, al azúcar para la elaboración de algunos alimentos; han encontrado evidencias científicas que determinan que su consumo podría ser uno de los mayores detonantes que propician la obesidad entre la población. Además, se ha encontrado que este jarabe podría ser la explicación del aumento de casos de Diabetes tipo 2 en el mundo entero. (Según manifiesta el estudio Global Public Healt elaborado por las Universidades).
Por otro lado, también hay evidencias científicas sobre el uso de la grasa de palma para la elaboración de estos alimentos. La grasa de palma, es muy rica en ácidos grasos saturados, son especialmente “malos” aquellos que son de cadena par y corta, tal y como ocurre con esta grasa procesada extraída de las semillas de la palma aceitera. Un consumo elevado de este tipo de ácidos grasos, suele venir asociado de un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
¿Por qué evitar bollería y galletas? Azúcar + Jarabe de Glucosa + Grasa de Palma
Por último, el azúcar blanca refinada; tiene un índice glucémico bastante alto, la OMS ha manifestado literalmente que “no se debería consumir por el bien de la salud”; las enfermedades que se le asocian a este disacárido, son ya una evidencia científica.
Desde el punto de vista de la industria, que son muy baratos, fáciles de procesar y que mejoran notablemente la palatabilidad de los alimentos en los que se utilizan. Desde el punto de vista de la salud tienen en común que están presentantes en la mayoría de los alimentos “diseñados” para el desayuno de los niños; Se encuentran en proporciones variables en: Galletas, Magdalenas, Cereales y bollerías en general.
Los adultos tenemos en la memoria lo que es convencional, los sabores dulces asociados a los desayunos y postres, pero un niño puede aprender desde sus inicios que lo convencional es desayunar leche con cereales integrales no azucarados, sin colorantes añadidos (tipo cacao) y acompañar este desayuno con una pieza de fruta de temporada, reduciendo así una de las posibles causas del incremento de la obesidad. Quizá no sea muy apetitoso al principio, pero tal y como decía aquel proverbio hebreo:
“El hábito es al principio ligero como una tela de araña, pero bien pronto se convierte en un sólido cable”.
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Comentarios
TOTALMENTE DE ACUERDO CON CRISTINA ARRAIBI!
Según este estudio: «Progresión y detección precoz de la aterosclerosis ( PESA por sus siglas en inglés) llevado a cabo por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC)» NO desayunar o hacerlo insuficientemente es casi peor que hacerlo en abundancia. El problema de la obesidad infantil no está en el desayuno sino en la reducción de la actividad, en las meriendas y almuerzos que llevan al cole y en las horas que se pasan jugando a la consola. Hace 40 años se desayunaba colacao y los niños no eran obesos. por supuesto que hay que controlar lo que se comen, eso «il va de soi». Creo que es necesario desayunar un lácteo, una fruta y cereales integrales o tostadas con aceite, queso, mermelada…las opciones son eternas, sin que dejen de ser apetitosas para niños. Y un bizcocho casero de vez en cuando también es una opción.