Necesitamos energía para entrenar porque durante el ejercicio, nuestro cuerpo requiere de una gran cantidad de energía para poder realizar el trabajo muscular y cumplir con las demandas físicas del ejercicio. El cuerpo utiliza principalmente glucosa y grasas almacenadas en los tejidos como combustible para proporcionar la energía necesaria para el movimiento y la contracción muscular.
Además, el ejercicio es un proceso metabólico activo que involucra la contracción y relajación muscular y otros procesos bioquímicos que requieren de una gran cantidad de energía. La energía también se utiliza para regular la temperatura corporal, el ritmo cardíaco, la respiración y otras funciones vitales del cuerpo.
Por lo tanto, tener suficiente energía es esencial para poder realizar un entrenamiento efectivo y alcanzar tus objetivos de acondicionamiento físico. Si no tienes suficiente energía, es posible que te sientas fatigado, sin motivación y no puedas mantener la intensidad del entrenamiento, lo que puede afectar negativamente a tu progreso y resultados.
Formas de aumentar tu energía
Hay varios aspectos que debes tener en cuenta para aumentar tu energía:
- Dormir lo suficiente: Es importante que descanses adecuadamente para que tu cuerpo tenga la energía necesaria para entrenar. Trata de dormir al menos 7-8 horas diarias.
- Alimentación adecuada: Una alimentación adecuada puede proporcionarte la energía necesaria para entrenar. Trata de incluir alimentos ricos en proteínas, carbohidratos complejos, grasas saludables y vitaminas y minerales en tu dieta.
- Hidratación: Asegúrate de mantener tu cuerpo bien hidratado antes, durante y después del entrenamiento. Bebe agua regularmente y evita las bebidas azucaradas o alcohólicas.
- Ejercicio regular: Mantener una rutina regular de ejercicio puede ayudar a aumentar tu nivel de energía en general y a preparar tu cuerpo para el entrenamiento.
- Suplementos deportivos: Si tienes una dieta equilibrada y aún sientes que necesitas un impulso adicional, puedes considerar la posibilidad de tomar suplementos deportivos como la creatina, proteína o cafeína. Sin embargo, siempre es recomendable hablar con un profesional de la salud antes de tomar cualquier tipo de suplemento.
- Reducir el estrés: El estrés puede afectar negativamente tu nivel de energía. Asegúrate de tomarte tiempo para relajarte y reducir el estrés en tu vida diaria.
- Escuchar tu cuerpo: Escucha a tu cuerpo y no te fuerces a entrenar cuando no tengas la energía suficiente. Trata de descansar y recuperarte adecuadamente para que puedas entrenar con energía renovada en la próxima sesión.
Tipos de fuentes energéticas utilizadas durante el entrenamiento
Hay tres tipos principales de fuentes de energía utilizadas durante el entrenamiento: carbohidratos, grasas y proteínas.
Carbohidratos
Los carbohidratos son una fuente de energía rápida y eficiente para el cuerpo. Son almacenados en el hígado y en los músculos como glucógeno, y se convierten fácilmente en glucosa, que es utilizada como fuente de energía durante el ejercicio. Los deportistas que participan en deportes de alta intensidad y corta duración, como por ejemplo: el levantamiento de pesas o la gimnasia, generalmente dependen de los carbohidratos como fuente de energía primaria.
Grasas
Las grasas son otra fuente importante de energía durante el entrenamiento. Aunque no son tan eficientes como los carbohidratos en la producción rápida de energía, son una fuente de energía de larga duración que puede ser utilizada durante entrenamientos de larga duración, como una maratón o el ciclismo. Además, las grasas también ayudan a mantener los niveles de energía durante períodos de entrenamiento de baja intensidad.
Proteínas
Las proteínas también son una fuente importante de energía durante el entrenamiento, aunque en menor medida que los carbohidratos y las grasas. Durante el ejercicio, las proteínas pueden ser degradadas y utilizadas como fuente de energía, pero esto generalmente ocurre en situaciones de estrés metabólico extremo, como en entrenamientos de alta intensidad y larga duración.
Suplementos energéticos
Además de los tres tipos principales de fuentes de energía, los deportistas también pueden utilizar suplementos energéticos, como bebidas y barras energéticas, para proporcionar una fuente adicional de energía durante el entrenamiento. Estos suplementos a menudo contienen carbohidratos y/o proteínas para ayudar a mejorar el rendimiento y la recuperación.
En resumen, los carbohidratos, las grasas y las proteínas son las principales fuentes de energía utilizadas durante el entrenamiento, pero ¿cómo se transforman los nutrientes que ingerimos en energía?
Vías metabólicas
El ATP (trifosfato de adenosina) es el principal portador de energía en las células. El ATP se produce en las células a través de una serie de reacciones químicas. Durante estos procesos, la energía liberada por la oxidación de los nutrientes se utiliza para producir ATP. Las vías metabólicas usadas para la obtención de energía son las siguientes: la vía anaeróbica aláctica, la vía anaeróbica láctica y la vía aeróbica.
- Vía anaeróbica aláctica o sistema de fosfágenos: se activa cuando el cuerpo necesita energía rápidamente y no hay suficiente oxígeno disponible. Durante esta vía, la glucosa se convierte en ATP sin la producción de dióxido de carbono. Se denomina aláctica ya que debido a su corta duración no genera lactato en los músculos. Esta vía se utiliza en actividades de alta intensidad y corta duración (no más de 8-10 segundos), como por ejemplo, en un sprint
- Vía anaeróbica láctica o glucólisis anaeróbica: se activa cuando las reservas de ATP y sistema de fosfágenos se agotan. La glucosa almacenada se convierte en lactato y en ATP. Este proceso también se realiza en ausencia de oxígeno, y se utiliza en actividades de moderada a alta intensidad y corta duración (entre 1 y 3 minutos), como por ejemplo, el levantamiento de pesas.
- Vía aeróbica: Esta es la principal vía de producción de ATP en el cuerpo y se lleva a cabo en presencia de oxígeno. Durante la respiración celular, los nutrientes, especialmente los carbohidratos, son oxidados en el citosol y en la mitocondria, produciendo ATP y dióxido de carbono. Mediante esta vía se catabolizan en primer lugar los carbohidratos, en segundo lugar las grasas y por último las proteínas. Por ello, mediante esta vía se obtiene un rendimiento muy superior al obtenido por las vías anaeróbicas.
Como conclusión, es importante tener en cuenta que cada una de estas vías tiene una tasa limitada de producción de ATP, y el uso de cada vía metabólica depende de la intensidad y la duración del ejercicio, así como de la capacidad física del individuo. La combinación de vías aeróbica y anaeróbica permite al cuerpo producir ATP de manera eficiente y sostenible durante el ejercicio.
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