Mejorar la complexión física del cuerpo, conseguir una meta deportiva en concreto o recuperarse más rápidamente después del ejercicio son algunas de las motivaciones más comunes para que una persona recurra a las ayudas ergogénicas. La industria de los suplementos nutricionales para deportistas, en específico, crece a pasos agigantados, pero no son solamente las fórmulas nutricionales las que pueden ser una buena ayuda ergogénica.
Por lo que, ¿sabemos realmente identificar y utilizar las ayudas ergogénicas que tenemos a nuestro alcance?
¿Qué son las ayudas ergogénicas?
Se consideran ayudas ergogénicas a cualquier sustancias, maniobras o métodos (nutricional, físico, mecánico, psicológico o farmacológico) realizado con el fin de aumentar la capacidad para desempeñar un trabajo físico y mejorar el rendimiento. ¡Ojo! Pero no pensemos únicamente en los suplementos nutricionales. El entrenamiento, la hidratación, la música o la hipnosis son también ayudas ergogénicas que pueden tener efectos sobre la salud y el bienestar de las personas.
Tipos de ayudas ergogénicas
Según la clasificación de Williams (1992), las ayudas ergogénicas se pueden dividir en cinco categorías:
1. Ayudas mecánicas
Modifican el entorno físico o el equipamiento del deportista para facilitar su rendimiento. Por ejemplo, el uso de zapatillas adecuadas, ropa transpirable, cascos aerodinámicos o bicicletas ligeras.
2. Ayudas fisiológicas
Alteran alguna función orgánica para mejorar la capacidad del organismo. Por ejemplo, el uso de oxígeno suplementario, la transfusión sanguínea, la crioterapia o la sauna. Actualmente, muchos deportistas de alto rendimiento realizan las preparaciones de las competiciones en lugares de gran altitud, puesto que las condiciones de hipoxia ya que se asocian aun mayor rendimiento deportivo.
3. Ayudas nutricionales
Este tipo de ayudas ergogénicas son, sin duda alguna, las que mayor interés generan. Son aquellas que aportan algún nutriente o compuesto que favorece el metabolismo energético, la recuperación muscular o la prevención de lesiones. Se clasifican en función del beneficio/riesgo que suponen su consumo. Por ejemplo, del uso de carbohidratos, proteínas, creatina, cafeína o antioxidantes. Si estáis interesados en profundizar un poco más en la suplementación deportiva, os dejo el siguiente artículo donde se habla de aquellos más populares.
4. Ayudas farmacológicas
Son aquellas que emplean sustancias químicas que actúan sobre el sistema nervioso central o periférico para aumentar la fuerza, la resistencia, la concentración o la motivación. Por ejemplo, el uso de anabolizantes, estimulantes, narcóticos o diuréticos. Conviene destacar la importancia de asegurarse de que los suplementos tengan siempre un Certificado de Calidad y Pureza, tanto si se es deportista de élite como de nivel recreativo.
En primer lugar, por razones de salud, porque los suplementos contaminados pueden contener sustancias perjudiciales, como los esteroides anabolizantes. Y, en segundo lugar, refiriéndonos a deportistas de élite, porque un positivo en un control antidopaje puede arruinar para siempre su carrera deportiva.
5. Ayudas psicológicas
En este tipo influyen en el estado emocional o cognitivo del deportista para mejorar su confianza, su autocontrol o su estrategia. Por ejemplo, el uso de música, hipnosis, relajación o visualización.
Beneficios y riesgos de las ayudas ergogénicas
Las ayudas ergogénicas pueden tener efectos beneficiosos sobre el rendimiento deportivo si se usan correctamente y con criterio profesional. Algunos beneficios son:
- Mejorar la capacidad aeróbica y anaeróbica del organismo.
- Aumentar la fuerza y la potencia muscular.
- Reducir la fatiga y el dolor.
- Acelerar la recuperación y la regeneración de tejidos.
- Prevenir lesiones y enfermedades.
- Mejorar la concentración y la toma de decisiones, así como la motivación.
Sin embargo, las ayudas ergogénicas también pueden tener efectos negativos sobre la salud y el bienestar del deportista si se abusan o se usan sin supervisión. Algunos riesgos que podrían producirse son:
- Provocar efectos secundarios indeseados como taquicardia, hipertensión, insomnio, ansiedad, irritabilidad o depresión.
- Generar dependencia física o psicológica.
- Alterar el equilibrio hormonal y metabólico del organismo.
- Dañar órganos vitales como el hígado, el riñón o el corazón.
- Causar lesiones musculares o articulares por sobrecarga o mala técnica.
- Disminuir el rendimiento por tolerancia o efecto rebote.
- Violar las normas éticas y legales del deporte.
¿Cómo elegir las ayudas ergogénicas adecuadas si no somos expertos?
En primer lugar, antes de usar cualquier ayuda ergogénica, es importante consultar con un profesional cualificado que pueda evaluar las necesidades individuales y los objetivos deportivos personales. Nunca consumas un suplemento porque a alguien de tu entorno le funciona y te lo quiere recomendar. Personalizar puede ser vital para tu salud. También es importante informarse sobre las características, los efectos y las contraindicaciones de cada una. ¿Cómo podríamos identificarlas?
- Que tengan evidencia científica de su eficacia y seguridad
- Se adapten al tipo, nivel e intensidad de la actividad física.
- Respeten las normas éticas y legales del deporte.
- Buena relación calidad-precio.
- Su combinación no genere interferencias o interacciones negativas.
Al final, hay dos factores clave para mejorar nuestro rendimiento deportivo: por un lado, un entrenamiento individualizado y riguroso. Y por otro lado, pero no menos importante, una dieta personalizada y saludable. También tendríamos en cuenta la calidad del sueño y una salud mental estable. Los suplementos simplemente deben complementar dichos factores, así se podrá aprovechar al máximo su potencial sin poner en riesgo la salud ni el deporte sano.
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