A día de hoy todos hemos oído hablar de antioxidantes, flavonoides, coenzima Q10 o isoflavonas, aunque tristemente, suele haber sido por una publicidad engañosa y exagerada de un tipo de leche o una crema rejuvenecedora, la cual si no compramos, seremos unos inconscientes.
Algo tan esencial como respirar, químicamente, por la presencia de oxígeno, produce radicales libres, que con el tiempo, son capaces de producir alteraciones en proteínas, lípidos o incluso en el ADN. Estas alteraciones pueden modificar la funcionalidad de las células. Hábitos comunes y diarios como un ejercicio físico demasiado intenso, contaminación ambiental, una dieta rica en grasas, el tabaquismo o una sobreexposición solar, pueden fomentar esta producción de radicales.
Los antioxidantes son un grupo de minerales, vitaminas, enzimas y otros compuestos vegetales que bloquean el efecto de éstos radicales. La mayoría de antioxidantes se encuentran en alimentos de origen vegetal, lo que deduce la importancia de una dieta rica en legumbres, cereales, fruta, verduras y hortalizas.
El real poder de los antioxidantes
Productos ricos en antioxidantes y una dieta equilibrada, por lo general, pueden disminuir el riesgo de ciertas enfermedades, pero no pensemos que la juventud eterna está dentro de un brócoli ni mucho menos en una crema hidratante. El deterioro de las células, es un proceso natural que acarrea la propia vejez. Es más, en la actualidad se está estudiando seriamente lo contraproducente que quizá sea una dieta demasiado rica en estos modificadores.
Alimentos ricos en antioxidantes vs antioxidantes en pastillas
Una alimentación sana es suficiente para aportarnos los antioxidantes naturales necesarios para mantener nuestro organismo protegido, por lo que, salvo algún tipo concreto de patología, intolerancia o alergia, siempre será más biodisponible y saludable el caroteno de un tomate, que el que vaya incluido en una “súper píldora”.
Las vitaminas C, E y A actúan como potentes antioxidantes naturales, al igual que los minerales como selenio, zinc o cobre, la cistina como aminoácido o algunas enzimas, todos ellos presentes en alimentos.
Hay ejemplos básicos como el limoneno, presente en la piel de cítricos que ayuda con la hipertensión y enfermedades oculares, las catequinas, que es un tipo de polifenol, presentes en té verde, por ejemplo eliminador de toxinas, el sulfano, presente en coles de Bruselas, rábano, berro, coliflor… capaz de ayudar a desintoxicar el organismo, los antioxidantes presentes en vino o uva, como los polifenoles, resveratrol, licopeno, flavonoides… y así un largo etcétera.
Los alimentos ricos en antioxidantes que no pueden faltar en tu mesa
Para un buen aporte de antioxidantes en nuestra dieta, no deberíamos de prescindir de alimentos como:
- ajo
- frutos secos
- té verde
- uva
- manzana
- arándanos
- zanahoria
- tomate
- naranja
- pimiento
- brócoli
- ciruela
- kiwi
- fresas
como vemos, son muchas las opciones para aportar a nuestro organismo estos compuestos y poder dejar al margen fórmulas milagrosas que poseen peor o ninguna biodisponibilidad, carecen del buen sabor de una fruta o verdura o normalmente, suelen duplicar o triplicar el precio de un alimento fresco.
Categorizado en:
Biosanitario