Todos sabemos que la nutrición en el embarazo juega un papel esencial en la salud del bebé pero ¿sabríamos responder a las siguientes cuestiones sin un ápice de duda? ¿Tiene que comer la madre por dos? ¿Es peligroso para el feto que la mamá coma jamón? ¿Puede una embarazada beberse una cañita de vez en cuando? ¿Puede comer queso de leche cruda una futura mamá? ¿Quién no ha oído esto antes? En este artículo veremos qué hay de verdad o de mito en ciertas creencias.
La nutrición humana no es simplemente una necesidad fisiológica por el contrario está profundamente influida por la cultura. Las creencias religiosas, la situación política y económica tienen un peso enorme. Más allá de estas cuestiones, en esta etapa se hace de vital importancia que la mujer reciba una dieta que garantice el mantenimiento de la salud tanto de la madre como del feto, así como el crecimiento y el desarrollo óptimos de éste último.
El jamón, el rey de los alimentos prohibidos para embarazadas. ¿Mito o verdad?
Mito. En el origen de esta prohibición se encuentra la prevención de la Toxoplasmosis. La infección por el parásito Toxoplasma gondii a través de gatos infectados, agua contaminada o carnes poco cocinadas. No suele provocar graves problemas en la mayoría de los casos pero sí puede afectar seriamente a embarazadas que no hayan estado expuestas al parásito antes de la gestación.
La gravedad de las secuelas dependerá de la edad del feto siendo especialmente graves si la infección se produce durante el primer trimestre. Éstas incluyen muerte intrauterina, corioretinitis, hidrocefalia, calcificaciones cerebrales, microcefalia, microftalmia, ceguera, retraso mental o psicomotor. Se puede conseguir la inactivación del parásito congelando a temperaturas por debajo de los -20 ℃ al menos 48 horas o -15 ℃ durante 72 horas.
Recientemente, un grupo de investigadores de las Universidades de Granada y Valencia han demostrado que si se sigue el proceso de curación tradicional del jamón con sal marina, y si se respetan los tiempos de curación regulados y aceptados por la normativa europea, el parásito deja de ser infeccioso. Sin embargo, en este mismo estudio también se pone de manifiesto que, a pesar de los estrictos controles sanitarios, algunos productores están incumpliendo la normativa que regula el proceso de curación. Así puede leerse en diversos medios que puede comerse jamón durante el embarazo siempre y cuando éste cuente, al menos, con 18 meses de curación y el certificado de haber pasado los controles de calidad pertinentes.
Teniendo en cuenta la gravedad de las secuelas no estaría de más contar con una mayor evidencia científica antes de saltarse la congelación previa.
La cerveza, otro de los alimentos en el podio de alimentos prohibidos para embarazadas. ¿Mito o verdad?
Verdad. A pesar de que más de un estudio afirma que un consumo moderado de alcohol podría ser seguro y que alguna revista científica como la British Medical Journal haya abierto el debate sobre el tema, no existe ningún artículo sobre los beneficios del consumo de alcohol sobre el feto y sí muchos que los efectos teratogénicos del mismo entre otros.
El síndrome alcohólicol fetal (SAF) ha sido ampliamente documentado. La gravedad de los síntomas de este síndrome varía según el niño. Éstos pueden incluir una mezcla de anormalidades faciales, problemas de crecimiento y anomalías del sistema nervioso central y/o cardíaco.
Mientras no exista suficiente evidencia científica que permita establecer una cantidad, un período ni un tipo seguro de consumo de alcohol lo más sensato será la abstención.
Una alternativa segura sería consumir cerveza 0,0. Es importante tener claro que la cerveza 0,0 y SIN no son la misma cosa. Según la normativa, las cervezas SIN no superarán el 1% del volumen en alcohol por lo que estas sí tienen alcohol aunque este, sea muy bajo.
El queso de leche cruda, otro de los alimentos prohibidos para embarazadas. ¿Mito o verdad?
Verdad. ¿Qué hay en la leche cruda que pueda ser tan peligroso para el feto? Pues una bacteria bastante traicionera, Listeria monocytogenes. La mayoría de las personas sanas pueden eliminar fácilmente las bacterias de sus sistemas. Sin embargo en las embarazas su sistema inmunológico puede proteger a la madre, pero no al feto.
Las consecuencias de contraer listeriosis durante el embarazo varían según el trimestre en el que se produzca la infección.
Si la infección se produce en el primer trimestre, las probabilidades de que se produzca un aborto espontáneo son altas.
Los casos en que la infección se produce en el tercer trimestre de embarazo pueden terminar en parto prematuro, mortinato, muerte poco después de nacer o con graves problemas. El principal riesgo de los bebés que sobreviven es que la infección invada su sistema nervioso, causándole meningitis o encefalitis.
Listeria monocytogenes es capaz de proliferar en un amplio rango de temperaturas (1 ℃ a 45 ℃). Puede sobrevivir a la congelación y resistir altas concentraciones de sal. Afortunadamente, la pasteurización sí es capaz de destruirla. Así, la recomendación será consumir únicamente quesos elaborados con leche pasteurizada.
Durante los primeros meses de embarazo la mamá debe comer por dos y si fueran gemelos, por tres. ¿Mito o verdad?
Mito. Los requerimientos nutricionales y energéticos durante la gestación están moderadamente aumentados en comparación con los de una mujer no gestante. Pero estos requerimientos no se duplican como apunta el extendido mito.
Parte de la necesidad de energía adicional requerida está destinada a cubrir el gasto energético producido por:
• La síntesis de nuevos tejidos corporales
• El crecimiento uterino, placentario y fetal
• El aumento de trabajo cardíaco materno
De manera general podemos recomendar un incremento del aporte calórico de 300 kcal/día para el primer trimestre de gestación, 340 kcal/día para el primer segundo y 452 kcal/día para el tercero.
Sin embargo, parece más correcto hacer una recomendación que tenga en cuenta el tipo constitucional de la embarazada, su estado nutricional, peso ideal, consumo energético en reposo y consumo de energía secundario al ejercicio físico.
Atendiendo al peso previo de la embarazada podemos realizar las siguientes recomendaciones:
• Inferior al 90% del ideal: deben recibir, además de los requerimientos para su edad y sexo, 350-450 kcal/día.
• 90-120% del ideal: deben recibir, además de los requerimientos para su edad y sexo, 200 kcal/día.
• Superior al 120% del ideal, deben recibir, además de los requerimientos para su edad y sexo, 100 kcal/día.
• Las mujeres con bajo peso (menos del 80% del peso ideal), y las obesas (más del 135%), requieren de un estudio detallado de sus necesidades.
Sentido común, el menos común de los sentidos.
En el área de la salud hay pocas tan afectadas como esta por los mitos o la aparición de nuevas modas. En muchos casos, resultan ser contradictorios entre sí y, en su mayoría, conducen a una falsa información. Muchas veces estas invenciones obedecen a intereses económicos que nada tienen que ver con la promoción de la salud. Afortunadamente son fácilmente refutables gracias a la extensa investigación científica, aunque muchos otros solo requieren la aplicación del sentido común.
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Comentarios
Un artículo sencillo, aclaratorio y muy interesante.
En el articulo se menciona la Toxoplasmosis debido a la ingesta de las carnes como el jamón o a los gatos infectados, mi pregunta es, es cierto que si la madre pasó la infección antes del embarazo puede consumir sin miedo dichos alimentos ?? o sigue afectando al feto aunque la madre ya tenga los anticuerpos?