Hasta el día de hoy, los tratamientos farmacológicos disponibles para la enfermedad de Alzheimer solo han conseguido mejorar temporalmente los síntomas de pérdida de memoria y problemas con el pensamiento y/o el razonamiento. Por ello, se sigue investigando para lograr nuevos tratamientos que detengan o prevengan la enfermedad de Alzheimer. Uno de los tratamientos es el Aducanumab que aún se sigue cuestionándose si pudiera ser el primer fármaco para evitar o modificar el curso del Alzheimer.
¿Qué es la enfermedad de Alzheimer?
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que produce demencia. La demencia se define como una condición personal que se origina cuando un problema de salud afecta a las funciones cognitivas fundamentales, la conducta y los estados psicológicos de un paciente. Como consecuencia, estas manifestaciones provocan el impedimento del desarrollo de una vida autónoma en aspectos personales, laborales, familiares y sociales. En muchas ocasiones, los trastornos del comportamiento y del humor obligan a los familiares el ingreso del paciente en una residencia.
Funciones cognitivas fundamentales
Se consideran como funciones cognitivas fundamentales: la memoria, la atención y concentración.
- Memoria. La memoria es una función intelectual fundamental y compleja. Se trata de la capacidad que tiene el cerebro para almacenar información adquirida a través del aprendizaje y de recuperarla en momentos concretos y, usarla en las conductas de adaptación. Se diferencian memoria inmediata o memoria a corto plazo y memoria a largo plazo.
- Atención. La atención es la capacidad que tiene una persona para orientar, seleccionar y mantener la captación de estímulos externos relevantes. Se conoce como un estado de alerta que permite un correcto procesamiento de la información recibida.
- Concentración. La concentración es la atención mantenida durante un determinado tiempo.
Tratamiento farmacológico contra el Alzheimer
Partiendo de la base de que la enfermedad de Alzheimer se caracteriza por un déficit neuroquímico de tipo colinérgico, inicialmente, su tratamiento farmacológico se desarrolló como una terapia de sustitución. Este razonamiento se siguió teniendo en cuenta que la reposición dopaminérgica había demostrado una eficacia en la enfermedad de Parkinson.
Posteriormente, y a raíz de otras investigaciones, se desarrolló otra estrategia terapéutica fundada en la modulación de la hiperexcitabilidad glutamatérgica a partir de la modulación del receptor N-metil-d-aspartato (NMDA), principal dispositivo molecular para el control de la plasticidad sináptica y la función de la memoria. A continuación, se citan los principales fármacos utilizados de acuerdo con la finalidad del tratamiento.
Medicamentos para retrasar la evolución de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer
Existe un tipo de tratamiento farmacológico que retrasa la evolución de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. No obstante, no actúan sobre las lesiones cerebrales ni tampoco alargan la esperanza de vida de los pacientes. Dentro de este grupo, se encuentran los Inhibidores de la enzima acetilcolinesterasa (donepezilo, rivastigmina y galantamina) y la memantina que es un modulador del efecto de la elevación patológica de los niveles tónicos de glutamato.
Medicamentos para luchar contra los trastornos del comportamiento y del humor
La enfermedad del Alzheimer se caracteriza por trastornos del comportamiento y del humor desde su inicio de aparición. Existen algunos medicamentos que han demostrado disminuir en alguna medida la frecuencia y la severidad de los trastornos del comportamiento. Se trata de los ansiolíticos, antidepresivos, los inhibidores de la colinesterasa con acción positiva sobre la apatía, hipnóticos y los antipsicóticos. No obstante, todos los fármacos citados anteriormente presentan un uso restringido y muchos efectos secundarios a largo plazo.
¿En qué situación se encuentran los ensayos clínicos sobre la Enfermedad de Alzheimer actualmente?
Para desarrollar nuevos fármacos se deben seguir y superar una serie de fases que constituyen un ensayo clínico. En este sentido, un fármaco ha de ser sometido a investigaciones desde los primeros experimentos en animales hasta las distintas fases de un ensayo clínico en humanos.
Así, en España para que un nuevo fármaco pueda ser aprobado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y ser comercializado, una vez concluida la fase preclínica (prueba en animales), este ha de superar las siguientes tres fases de ensayo clínico en humanos. En ellas, se evalúa la seguridad y eficacia de la nueva molécula desarrollada. Los ensayos clínicos suelen durar una media de 10 años y tan solo alrededor del 20% de los fármacos probados en humanos acaban superando todas las exigencias y se comercializan.
Con respecto a la enfermedad de Alzheimer ningún ensayo clínico ha logrado todavía desarrollar un fármaco que cure esta enfermedad. Actualmente, los tratamientos farmacológicos para la Enfermedad de Alzheimer presentan poco efecto sobre su evolución. Los avances logrados hasta la fecha no han conseguido ni detener el avance ni revertir esta enfermedad. De hecho, más de 200 moléculas desarrolladas, candidatas a ser el tratamiento, fallaron a lo largo de la última década.
Por ello, se ve necesario seguir investigando en la búsqueda de nuevos fármacos que mejoren el pronóstico y calidad de vida de los pacientes con Alzheimer. En base a los ensayos clínicos ya realizados, la clave para lograr una modificación de la evolución de la enfermedad podría residir en un enfoque múltiple de tratamiento. Es decir, emplear varios fármacos que actúen sobre distintas dianas, combinarlos con un estilo de vida “cerebrosaludable” y promover, por ejemplo, la estimulación Cognitiva.
¿Hay esperanza para la cura de la enfermedad del Alzheimer?
A pesar de las numerosas investigaciones realizadas en la enfermedad del Alzheimer, desarrollar la molécula que cure dicha enfermedad sigue siendo un desafío. De hecho, si echamos un vistazo a la base de datos de bibliografía médica más amplia que existe (Medline), podemos encontrar más de 129.000 estudios relacionados con esta enfermedad. Los objetivos que se quieren perseguir con las últimas investigaciones son:
- Desarrollar medicamentos no solo capaces de actuar sobre los síntomas de la enfermedad sino también sobre la aparición y la evolución de las lesiones cerebrales.
- Mejorar la eficacia y la tolerancia de los tratamientos ya comercializados.
- Impedir la acumulación del péptido Beta amiloide (proteína que se acumula en el cerebro de los pacientes con Alzheimer y que acaba provocando la muerte de las neuronas) en el tejido cerebral, aumentando su degradación y provocando su disolución.
Aducanumab: ¿será el primer medicamento capaz de modificar el curso del Alzheimer?
El Aducanumab es un fármaco desarrollado por los laboratorios farmacéuticos Biogen y Eisain que, según los últimos hallazgos publicados, podría ralentizar el curso de la enfermedad en personas con enfermedad de Alzheimer que presentan un deterioro cognitivo o demencia leves.
En el año 2016 se demostró que el Aducanumab era eficaz, tanto para reducir la carga de proteína amiloide en el cerebro como para generar un beneficio clínico asociado. A continuación, en el año 2019 dichos laboratorios anunciaron inesperadamente la interrupción de los ensayos clínicos en su fase 3. El motivo fue que un comité independiente concluyera que era poco probable que el Aducanumab fuera eficaz. En el mismo año, y a pesar de ello, Biogen volvió a anunciar que ya había solicitado la aprobación para su comercialización a la Food & Drug Administration (FDA). Dicha solicitud se justificó por el hecho de que, en un estudio posterior, aquellos sujetos a que se le habían administrado una alta dosis del Aducanumab habían presentado mejoras cognitivas.
¿Cuál es la postura actual de la FDA sobre el Aducanumab?
Hoy en día sigue pendiente la decisión de la FDA acerca de la aprobación del Aducanumab para su comercialización. En este sentido, el comité de expertos de la FDA sigue poniendo en duda la eficacia de dicho medicamento para ralentizar el curso de la enfermedad y piden más ensayos clínicos para demostrarlo.
Por otra parte, en Europa, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha empezado a estudiar paralelamente su posible aprobación para su comercialización.
En definitiva, encontrar un medicamento que cure la enfermedad de Alzheimer no es una tarea fácil, sino que se trata de un proceso muy largo y costoso. Aún así, no debemos perder la esperanza y nos quedaremos con la famosa frase de Vaclav Havel: "La esperanza no es lo mismo que el optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte".
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