Empréstito
Un empréstito es una forma de financiación ajena que utilizan tanto las empresas públicas como privadas para poder emprender nuevos proyectos o para cubrir un déficit. Cuando una entidad necesita financiación puede acudir a dos fuentes diferentes
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Por un lado, está la financiación propia. Este tipo de financiación supone que los socios actuales o socios nuevos deberán aportar capital a la empresa como forma de financiación para poder realizar sus nuevos proyectos.
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Por otro lado, está la financiación ajena que consiste en acudir a una fuente externa para que nos facilite los fondos que necesitamos. Normalmente la financiación ajena se relaciona con la solicitud de préstamos a intermediarios financieros pero sus posibilidades son muchas más. Entre ellas está la emisión de títulos de deuda denominado empréstito.
Esto significa que la entidad emite una serie de títulos de renta fija, que pueden ser obligaciones, bonos, pagares para que los inversores los adquieran y se les garantiza el reembolso de su aportación en un plazo determinado más unos intereses pactados de antemano.
¿Quién utiliza el empréstito como forma de financiación?
Como decimos, el empréstito puede ser utilizado tanto por empresas públicas como privadas.
Cuando hablamos de empresas públicas nos referimos normalmente a gobiernos que emiten obligaciones y bonos para poder realizar sus obligaciones (como la realización de infraestructuras) para cubrir déficits presupuestarios en momentos concretos o responder a situaciones de emergencia económica. La forma más común de empréstito público es la emisión de bonos del Estado ya que permite a los gobiernos obtener recursos de inversores particulares e institucionales a través del mercado de capitales.
En cuanto a las empresas privadas también usan los empréstitos como una alternativa para financiar sus proyectos de inversión. En este caso emiten los denominados bonos corporativos y pagares, pudiendo de esta forma diversificar sus fuentes de financiación y acceder a capitales con una financiación más competitiva.
A la hora de emitir los títulos, la diferencia entre letra, pagaré, bono u obligación no es más que su plazo de vencimiento o amortización. Por norma general, el plazo de la letra suele ser el año, el del bono medio plazo que puede ir de dos a cinco años y la obligación a más de cinco años.
¿Qué diferencia hay entre un préstamo y un empréstito?
Aunque son dos formas de financiación y persiguen conseguir fondos, el préstamo y el empréstito son dos productos financieros diferentes.
Frente a la operación de préstamo bancario donde, por lo general, es el prestamista el que diseña las condiciones de la operación, en los empréstitos es el prestatario (el emisor) el que decide las características de los títulos que ofrece al mercado para obtener financiación. Este hecho determina el tipo de características comerciales bilaterales que suelen aparecer en estas operaciones y cuyo objetivo frecuentemente es el de hacer más atractivos los títulos emitidos.
¿Qué diferencia hay entre un accionista y un obligacionista?
Cuando hablamos de empréstito consiste en la emisión de obligaciones surge la duda de la diferencia que hay entre un obligacionista que adquiere este tipo de títulos y un accionista de la empresa. Son dos figuras completamente diferentes.
Un accionista es una persona propietaria de acciones de una sociedad y adquiere la condición de socio. Esto le otorga una serie de derechos como el derecho a voto, a participar en los dividendos de las sociedad, pero también a participar en el reparto del patrimonio de la empresa en caso de disolución.
Sin embargo, el obligacionista no tiene la condición de socio ni por tanto ninguno de los derechos anteriores. El obligacionista es un mero prestamista o acreedor que da un dinero al emisor de los bonos u obligaciones y tendrá solo el derecho a que le sea reembolsado el capital prestado más una serie de intereses. No tiene derecho a voto, ni a dividendos ni a participar en el patrimonio de la empresa en caso de disolución.