Capital riesgo
El capital riesgo, también como venture capital, es una estrategia de inversión y financiación de empresas emergentes que cuentan con un gran potencial de crecimiento, con el objetivo de apoyar su crecimiento y expansión.
Como bien indica su nombre, se tratan de operaciones de inversión de alto riesgo ya que las empresas que reciben el capital aun se encuentran en una fase temprana, por lo que existe el riesgo de que no cumpla las expectativas de crecimiento de sus inversores.
Esta actividad es desarrollada principalmente por grandes empresas de capital riesgo, quienes gestionan diversos fondos de inversión de capital privado que buscan adquirir participaciones de forma temporal con el objetivo de venderlas a un mayor valor en un medio o largo plazo.
Las empresas escogidas no se encuentran en bolsa debido a su bajo valor de mercado y su fase inicial. Dado al riesgo e incertidumbre de estas operaciones, el capital riesgo está generalmente reservado para inversores profesionales con altos conocimientos del mercado financiero.
Las empresas escogidas por estos fondos de inversión suelen ser del sector tecnológico, empresas innovadoras o cuyo modelo de negocio cuenta con un alto potencial de crecimiento. Una vez incrementado el valor de la empresa y se obtenga la rentabilidad esperada, la empresa vende la totalidad de sus participaciones para invertir de nuevo en otra empresa.
El capital riesgo juega un papel crucial en el mundo empresarial y el de las finanzas ya que proporciona los recursos necesarios para que las nuevas empresas puedan desarrollar ideas innovadoras y así crecer rápidamente hasta convertirse en empresas maduras. Este tipo de financiación ha ayudado a muchas de las grandes empresas que hoy en día conocemos y que hace años empezaron como simples startups.
Empresas como Facebook, Google, Airbnb o Spotify son algunos ejemplos de empresas que han crecido rápidamente hasta convertirse en empresas mil millonarias gracias a los fondos de capital riesgo.
Existen diferentes tipos de inversores de capital riesgo, clasificados, sobre todo, por el momento en el que entran tomando participaciones en una empresa.
Así, podemos distinguir:
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Capital semilla (Seed capital): se especializa en proyectos que aspiran a materializar la viabilidad de una idea y donde no existe producción ni comercialización. Es el tipo de inversión con mayor riesgo.
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Capital start-up (Venture capital): para proyectos con un alto potencial de crecimiento que ya han iniciado su negocio pero que cuentan con dudas sobre si la empresa cumplirá con las expectativas esperadas por los fondos de inversión.
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Capital expansión (Growth capital): Se invierten en empresas cuya viabilidad está demostradas y ofrecen una oportunidad de inversión para acelerar el proceso de expansión de la empresa.
Como vemos, el capital riesgo es esencial para las empresas que apuestan por modelos innovadores. Las empresas de capital riesgo apoyan a las empresas emergentes con el potencial de cambiar su sector económico e incluso el mundo ofreciendo a los inversores la posibilidad de obtener rendimientos significativos al asumir un alto riesgo, aunque en la mayoría de ocasiones ese riesgo está calculado.